Lo que realmente importa,
lo que importa realmente,
es que hoy llueve y mañana escampe,
y eso es así,
porque así lo siento.
Me siento cansado y harto,
de verme hacia mis adentros,
todos los días y a todas horas,
a cada segundo que respiro,
y en cada pensamiento que yo tengo.
A mí me puede lo inmediato,
el que voy a hacer hoy
y como mucho,
el que voy hacer mañana,
no veo más lejos,
no veo, ni miro, ni siento, ni padezco,
sólo cojo lo que alcanzo con mi mano,
y para ello, si lo alcanzo sentado,
pues no voy a mover ni un sólo dedo,
ni estirarme todo lo que puedo,
no voy a hacer nada más,
nada más que eso,
esperar sentado a que escampe mañana.
Estoy hastiado de rebuscarme por dentro,
agotado es poco,
es mucho más que eso,
es notar el sabor de la rendición,
es levantar la bandera blanca,
y es pedir, piedad y auxilio.
Imploro que mi cabeza se pare,
y que dentro de ella domine el silencio,
el silencio de monasterio,
el silencio sepuscral,
el silencio sin palabras,
y el silencio de los ángeles del cielo.
lo que importa realmente,
es que hoy llueve y mañana escampe,
y eso es así,
porque así lo siento.
Me siento cansado y harto,
de verme hacia mis adentros,
todos los días y a todas horas,
a cada segundo que respiro,
y en cada pensamiento que yo tengo.
A mí me puede lo inmediato,
el que voy a hacer hoy
y como mucho,
el que voy hacer mañana,
no veo más lejos,
no veo, ni miro, ni siento, ni padezco,
sólo cojo lo que alcanzo con mi mano,
y para ello, si lo alcanzo sentado,
pues no voy a mover ni un sólo dedo,
ni estirarme todo lo que puedo,
no voy a hacer nada más,
nada más que eso,
esperar sentado a que escampe mañana.
Estoy hastiado de rebuscarme por dentro,
agotado es poco,
es mucho más que eso,
es notar el sabor de la rendición,
es levantar la bandera blanca,
y es pedir, piedad y auxilio.
Imploro que mi cabeza se pare,
y que dentro de ella domine el silencio,
el silencio de monasterio,
el silencio sepuscral,
el silencio sin palabras,
y el silencio de los ángeles del cielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario