Hoy vendería todo lo que tengo,
vendería mi casa, mi coche, mi ropa,
y hasta mis pensamientos,
los pondría a todos en venta
o mejor dicho, los pondría a vender en subasta.
Haría esfuerzos,
encomiables esfuerzos,
y daría mis ojos y mis órganos vitales,
hasta daría mis brazos y piernas,
daría tanto, tanto daría,
que daría hasta lo que yo no poseo.
Si por mi fuera,
ya no estaría aquí,
aquí donde me encuentro ahora,
estaría tan lejos y en un lugar tan recóndito,
que no alcanzo a imaginar
hasta donde podría llegar.
Seguramente,
caería en un planeta desconocido,
o sobre la punta de una estrella fugaz,
o en un anillo de Saturno,
pero seguro y más que seguro,
que muy lejos de donde ahora yo me encuentro.
No quiero huir ni escapar,
simplemente quiero irme,
irme de aquí o irme al más allá, ¡que más dá!,
pero irme con dignidad y con orgullo,
con la frente bien alta,
y con la mirada y la satisfacción del deber cumplido.
Qiuzá algún día se cumpla el deseo,
y yo lo consiga,
quizá, quizá y siempre quizá,
pero el quizá, sí, el quizá,
sea el único que me oiga y me comprenda,
por eso en él, en el quizá de siempre,
deposito todo lo que tengo.
vendería mi casa, mi coche, mi ropa,
y hasta mis pensamientos,
los pondría a todos en venta
o mejor dicho, los pondría a vender en subasta.
Haría esfuerzos,
encomiables esfuerzos,
y daría mis ojos y mis órganos vitales,
hasta daría mis brazos y piernas,
daría tanto, tanto daría,
que daría hasta lo que yo no poseo.
Si por mi fuera,
ya no estaría aquí,
aquí donde me encuentro ahora,
estaría tan lejos y en un lugar tan recóndito,
que no alcanzo a imaginar
hasta donde podría llegar.
Seguramente,
caería en un planeta desconocido,
o sobre la punta de una estrella fugaz,
o en un anillo de Saturno,
pero seguro y más que seguro,
que muy lejos de donde ahora yo me encuentro.
No quiero huir ni escapar,
simplemente quiero irme,
irme de aquí o irme al más allá, ¡que más dá!,
pero irme con dignidad y con orgullo,
con la frente bien alta,
y con la mirada y la satisfacción del deber cumplido.
Qiuzá algún día se cumpla el deseo,
y yo lo consiga,
quizá, quizá y siempre quizá,
pero el quizá, sí, el quizá,
sea el único que me oiga y me comprenda,
por eso en él, en el quizá de siempre,
deposito todo lo que tengo.
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