APLAZAMIENTOS (Filosofía casera)

Aplazamientos ¿para qué?, aplazamientos para nada, diría yo. Creo que aplazar no sirve de nada, los cosas hay que decidirlas en el momento que tocan y ese es el mismo momento en que se te plantean. Hay excepciones, pues a veces no se está en las condiciones que tocan, ya sea por cansancio acumulado o por el tema es demasiado fuerte y entonces lo más conveniente es un descanso por el medio. Y yo a esto último, lo de dejar la decisión para el día siguiente, no le llamo aplazamiento, pues entiendo que la decisión se tomará mañana o sea al día siguiente. No es aplazamiento, porque no decides en ese momento debido a circunstancias de peso, no es lo más conveniente tomar decisiones si estás muerto de sueño o muerto de cansancio.

                           Aplazamiento le llamo yo, cuando se aplaza a medio o largo plazo y entonces si que no le veo el sentido. Las cosas que se aplazan para tanto tiempo, les pasa que poco a poco las matizas y lo que era ya no es o no lo es tanto y al final, lo que haces es no decidir nada y esa carga va directamente a tú mochila, esa que ya pesa un huevo y ahora le añades otra losa más.

                           Yo antes aplazaba todo y no era capaz de tomar una triste decisión instantánea y con esa excusa, de que no se es objetivo en ese momento en que te la planteas y que más adelante y no sé el como, pues que sencillamente, sería objetivo lo que pensaras y por tanto tomaría la decisión correcta. Puta mentira, la mía, como decía antes, el tiempo va borrando la necesidad de tomar una decisión y al final tragaba la saliva y punto y pelota.

                            Antes aplazaba y ¿ahora que hago?. Pues ahora me paso del otro lado o sea espeto a la cara lo que pienso y claro a veces me trae graves consecuencias. Vamos que voy perdiendo amigos o conocidos o compañeros de trabajo. Ahora me paso tres pueblos y lo peor es que me quedo tan tranquilo. Sólo al cabo de un tiempo, valoro las consecuencias de lo dicho, y son más bien desastrosas, no sé pueden escupir las palabras sin tener medida, no se puede arrancar la piel a tiras a las personas y dejarlas así, a carne viva. El tema quizá está en encontrar el famoso punto medio, el punto de equilibrio entre los dos polos. Y aunque parezca fácil, no lo es, no.

                           Ahora pienso que las cosas hay que decirlas y sólo aplazarlas un día o poco más tiempo y tomar la decisión que corresponda, pero eso sí, decirlas sabiendo que tienes a otra persona delante y que a lo mejor la que no está para escucharla o discutirla es él o ella, pero pienso que se debe intentar y plantear el tema, el que la otra persona no esté para el asunto, pues hay que respetarlo y entonces aplazarlo mutuamente, pero eso sí, que sea un acuerdo mutuo y por supuesto, si se queda otro día para hablar del tema, que se hable y que se decida, pero que nunca se aplace de nuevo. porque si no ya se sabe la que va a pasar, que la mochila se llena.

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JULIO CORTÁZAR