LOS FALSOS CORREDORES (Reflexión)

Los Pilares de la Tierra
Me voy a atrever a decirlo, aunque sea un riesgo demasiado grande, pero quién dijo miedo habiendo tíos tan grandes como yo, grandes metaforicamente hablando. Acabo de ver a un tío que por su aspecto es yonqui desde su nacimiento o sea que nació con la chuta colgando de su vena umbilical y hacía tiempo que no veía un prototipo de yonqui, un yonqui como debe ser, un yonqui delgado y apergaminado, escueto y liviano como un silbido, marcado de arrugas que le endurecen la cara y esas pupilas tan características, esas pupilas en cabeza de alfiler y la chupa vaquera, que le queda pequeña, pues la suya seguro que en día de mono, la cambió por una papela.

                      Y a lo que iba, me recordó a éstas personas que ahora se dedican a correr, pero a correr de correr o sea todo el día y lo que le echen, por tanto se ha creado una nueva escuela de la filosofía de la vida. Claro que alguien me dirá que tiene que ver un yonqui con un corredor de caminos, canales y puentes. pues os voy a demostrar que sí, que tienen que ver más de lo que pensamos, aunque en el fondo, fondo, fondo, no tienen casi nada que ver. Fisicamente se parecen o yo creo eso, que se parecen. Empezando por su delgadez extrema, ni un gramo de grasa en todo su cuerpo. después tenemos el arado que le pasaron por la cara, arrugas profundas y marcadas y el resto de su cuerpo es fibra, pero fibra óptica. Los dos están moldeados por el mismo sastre, claro que uno es delgadez producida por la heroína y la otra delgadez es debida a las endorfinas.

                     Son diferentes, claro que lo son, pero yo quiero ir a los parecidos. Uno se cuelga de dosis exógenas de endorfinas opiáceas y el otro, segrega endorfinas, a través de sus glándulas o neuronas cerebrales y ésta secrección lo produce el esfuerzo extremo. Hay de común la segregación de sustancias parecidas, que no iguales y por tanto la enganchadera es diferente, en los yonquis es mortal de necesidad y en los corredores causa adicción, pero no tan bestial.

                    Ahora se ha puesto de moda las carreras a todo lo que se vea, las maratones, las carreras extremas por desiertos, por montañas, por debajo del agua y el triatlón, el duatlón y el resto de variantes de la misma película. Y es más se ha creado una nueva filosofía de vida, correr es sano y barato y además te haces buena persona y si antes eras malo, ahora eres bueno. Esto último es lo que me altera, pues no es verdad, el que era mala persona y se pone a correr, sigue siendo mala persona sólo que ahora es más delgado. No hay más detrás de un tío corriendo, el tío corre y disfruta, pero los motivos por los que corre son diferentes según el tipo que sea de persona. Unos corren porque simplemente les gusta correr, otros porque corriendo se hace con amigos, otros por pura competitividad o sea por querer ser los primeros y si necesitan hacer trampa o ponerle la zancadilla a alguien, se la pondrán y tan tranquilos se quedan y por último, los que corriendo, van amoldando la maldad que llevan dentro o sea a más segregación de endorfinas, más maldad acumulan. Van remugando, comiéndose las entrañas pensando como joder a otro o a muchos, pero siempre jodiendo.

                    Pero esto que digo, es común a todos los deportes, en todos hay gente de todos los colores, pero yo saco a colación lo del correr porque me empieza a tocar los cojones. Estoy hasta el moño, de tanta carrera organizada y lo que ya no aguanto más, es a los falsos, a los que van de legales y pregonan que ellos no quieren medallas ni autógrafos ni fotografías, que a ellos les llega con que le pidan un autógrafo en su casa, uy¡¡ que modestillos, son ellos. Que mentira más cochina, que falsa apariencia y más ahora que está de moda, pues ellos saben que tienen la admiración de muchos seguidores y eso les pone y si pudieran llegar a correr por la Moncloa con el Rajoy, que dudo que corra o el Aznar, que si corre, serían los primeros en apuntarse. Menos mal, que la mayoría de los que corren lo hacen porque les sale de los cojones y lo demás le importa una mierda, por tanto chaupeau para ellos. El problema está en esos pocos, que ocupan demasiado sitio, son como ladillas que se adaptan al deporte de moda. Hoy es el correr, mañana es el padel y que ya lo fué ayer y pasado es el alpinismo, pero como no destacan en ninguno como atletas, se erigen enseguida en apóstoles de ese deporte de moda.

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JULIO CORTÁZAR