Vi que tenías una cicatriz en la mejilla,y un tatuaje donde la espalda acaba,
y un sólo pendiente de plata,
y un zarcillo en el ombligo,
y un deseo debajo de tú piel morena,
lo entendí, te lo juro que lo entendí,
entendí que habías pasado por mil batallas,
que habías luchado hasta la muerte,
y vi tú imagen desde lejos,
cansada y harta, hastiada y deformada,
y ya no querías más sangre enemiga,
sólo querías el placer de la quietud infinita,
y los olores a hierba recién cortada,
y disfrutar de los sabores de la fruta,
y jugar al escondite,
y rodearte de cariño y sentir como te arropan,
y notarte querida y amada
y un poco imprescindible,
y te lo juro que te entendí,
entendí tús necesidades vitales,
y vi tus ilusiones rotas,
y ahora te paso mi mano sobre tú pelo,
y escucho como palpitas de miedo,
eres mi alma, mi alma perdida,
mi luna, mi sol y mi estrella del cielo,
alma de las almas,
alma que me penetras,
y ahora, alma mía,
por fin, quédate y para siempre conmigo.
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