LA RISA (Según y como)

 
Os acordais de aquel chiste que decía: ¿Quién es el animal más fiero de la selva? y era lopintan. No lo voy a explicar de malo que es, pero curiosamente yo me sigo riendo igual que la primera vez que me lo contaron. Y sigue siendo igual de malo antes que ahora y supongo que me sigue haciendo gracia porque me acuerdo de la cara del que me lo conto, pues era un tío serio, muy serio y contando aquel chiste y destornillándose de risa y con esa risa de carcajada contagiosa, vamos como un niño pequeño, que no podías hacer otra cosa que reírte con él. Pues eso, los chistes según quién y como los cuenten tendrán gracia o no la tendrán. El que se empeña en contarlos y no tiene la gracia natural para narrarlos, hace el ridículo y resulta un tío pesado, jartible y plasta. Y a veces  hay gente que no sabe contarlos, pero se oye a si mismo y se mea de la risa y esa risa sincera y profunda, pues simplemente se acaba contagiando.

              Yo no sé contar chistes, igual que verbalmente no se narrar muy bien las cosas. Me falta lenguaje inmediato y me falta plasticidad en los gestos y en las palabras o saber hacer las pausas necesarias. Los tempos de la narración, los respiros justos y necesarios. Es como saber respirar cantando, si no sabes, cortas las frases o las palabras se te quedan colgando y se cambia totalmente el sentido de la frase cantada. Como saber respirar en todo: nadando, corriendo, andando, follando y hasta agachándote a recoger un duro. Respirar, respirar aire y hasta para relajarse hay que saber cogerlo y soltarlo de nuevo. La respiración y la risa, dos centro de relajación propios, dos centro importantes y que normalmente no se usan debidamente, ni se usan con la frecuencia que se requiere.
Yo personalmente uso la relajación de la respiración muy poco y en cambio la risa la uso quizá demasiado. Pero que le voy hacer, si me encanta reirme de todo, de mí y de todo lo que yo veo.

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JULIO CORTÁZAR