Quinto día de vacaciones y se acerca el solsticio de verano, no sé si es hoy o mañana cuando se vuelve a mostrar la luna llena de agosto. El solsticio de verano, si hace nada fue el de invierno y dentro de nada se presenta el otoño. Si, el tiempo pasa y a medida que se cumplen más años pasa más rápido, vamos que se suceden las estaciones como las de los trenes de cercanías. ¿Y yo que hago para que el tiempo se amortigüe?, pues hasta ahora escribir como un loco y poco más y eso es lo empieza a preocuparme, el poco más. Sin darme cuenta me fui recluyendo física y psíquicamente y he dejado de hacer un montón de cosas: deporte, paseos, lectura y sobre todo viajar. El no viajar, quizá es el que está más justificado, si no hay pelas no hay viajes, pero el resto de las cosas, si que no tienen justificación posible, es simplemente abandono vital y eso a largo plazo hace daño y se acaba pagando caro y ahora empiezo a notar los primeros síntomas.Cansancio vital se le podía llamar o que simplemente estoy hasta las pelotas de todo o hastío estival, que también existe o que estoy tan quemado que ya ni ardo. Sensación de cuerpo pesado y mente de plomo, es como me siento ahora y tengo que aclarar que no es rendición ante nada, es lo que es y es que una etapa se acaba y que va a empezar otra nueva o sea época de transición o de ruptura con todo. En estos días de vacaciones voy a dilucidar mis interrogantes o eso espero hacer, pues necesito saber que actitud vital voy a tener a partir de ahora. La dejadez y la apatía no forman parte de mi equipaje y en cambio les veo que están asomando su cabeza y llaman a mi puerta con desespero, y para rechazarlas tengo que tener un plan y una estrategia o sea darles la puntillita a base de alternativas. Por eso le doy tantas vueltas a mi cabeza y tantas vueltas le doy, que me estoy pareciendo a la niña del exorcista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario