¿Y Hollande?, ¿donde está Hollande?, que ni si le ve, ni se le oye. Y eso que fue votado con la esperanza, siempre es la esperanza, de que hiciera algo ante la cara del capitalismo más feroz, por lo menos sólo la puntita, que es lo más importante, pues ya sabeis que el resto es sólo para empujar. Esto es lo mismo que el Zapatero, ladró un poquito como perrito faldero que es y le dieron un toque y aún sigue temblando de miedo. La esperanza, la maldita esperanza, por ella votamos lo invotable, por ella comulgamos con ruedas de molinos y después nos duele, por ser engañados y maltratados. Y llegan las siguientes elecciones y nos pasa lo mismo, nos entre la vena posibilista y pragmática y votamos por si acaso esta vez pasa de verdad, pasa que el señor de turno cumple su palabra.Y ¿porqué nos pasa esto?, yo pienso que es porque necesitamos creer en algo, en algo plausible o posible y que mejor forma, que dejar la constancia de esa necesidad plasmada en unas elecciones. Yo estoy curado y desde tiempos remotos, de ésta enfermedad llamada "pragmatismo o posibilismo", pero aún así, una vez caí en sus garras y fue cuando había la posibilidad de que volviera a salir Aznar y yo ante éste demonio, me volví posibilista y voté con pánico a Zapatero. Fue la única vez que pequé, os lo juro. Las demás veces voté lo que me salía de dentro, mejor dicho la mayoría de las veces no voté y sólo en una, voté a Izquierda Unida. O sea que descarté el posibilismo y os juro que me liberé del peso de que mi voto fuera una losa, como si el hecho de no votar, fuera un peso excesivo y del tú eres el culpable, de que salgan estos y no salgamos nosotros, te dirán los que gobiernan y también te lo dirán los opositores.
Ah!! y en cambio no reconocemos nuestras meteduras de pata, por ejemplo, el que votó a Hollande ¿como se encuentra?, pues supongo que engañado, estafado y dolido, muy dolido. Si somos seres tercos y demasiado tercos y lo somos tanto, que después nos saldrán hematomas subdurales, como le pasó a Cristina Fernández, nuestra reina de sudamérica y todo por darnos tantos cabezazos contra el mismo muro, el muro del posibilismo. Somos seres humanos y como tales somos seres limitados y entonces votamos lo que es posible y al final resulta que lo posible nunca se cumple y entonces yo me pregunto: ¿porque no votamos directamente lo que cremos imposible?. A lo mejor conseguimos más cosas, es cuestión de probar, al fin y al cabo no perdemos nada. Votemos por nuestro ideales o por nuestras quimeras, más vale empezar a hacerlo, antes de que se haga demasiado tarde y es que así nunca nos traicionaremos ni seremos traicionados por nadie.¡Alea jacta est! ( ¡la suerte está echada!).
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