Hoy viniendo en el coche con mi hijo pequeño, el niño me preguntó: Papá, ¿qué es un ángel?. y yo me quedé en blanco y petrificado y después de un rato, le dije, por decir algo, "pues es un tío que tiene alas, como el del anuncio del red bull", le dije. ¡Coño! como voy a explicar a un niño que no tiene ninguna o casi ninguna edacación religiosa, que es un ángel. Si yo que la tuve y por cojones y no sé lo que es un ángel. Porque había que empezar explicando que un ángel es asexuado y por tanto no tiene sexo y no sé lo que tiene entre las piernas, si es vagina o un colgajo o las dos cosas a la vez y entonces es hermafrodita. O también puede pasarle como esos niños cantores que para conservar su voz y n unca mejor dicho, angelical, les fueron rebanados los huevos y sin pillarse los dedos.Como veis el tema da para mucho y mucho más que puede dar. En mis tiempos ya lejanos, esa pregunta podía significar una buena hostia. ¿Cómo que es un ángel?, tú eres imbécil o es que eres tonto, sería la respuesta y si seguías con cara de incrédulo, la hostia estaba asegurada. Era como lo de los pecados, que no distinguías el grado de ellos, ¡hombre! sí en plan bruto los distinguías y sabías que matar, era un pecado mortal, mortal de necesidad. Pero los pequeños pecados, los que interesaba saber en aquella época , de esos ni puta idea. E· interesaba saberlos, porque de aquellas había que confesarse cada semana y tenías por cojones, decir alguno.
Desde luego no interesaba decir un pecado mortal, pues la penitencia podía ser la tortura, y tampoco interesaba no decir nada o sea que no habías pecado, simplemente porque no te creían y entonces te castigaban igualmente y ésta vez por mentiroso. Entonces había unos pecados estandar, que por supuesto eran veniales e inventados y que había que aprenderlos de carretilla. Más o menos iban de que si habías insultado a alguien, o que habías cogido una manzana sin pedir permiso o que habías tenido malos pensamientos o pensamientos impuros y otro más que era que el resto del pan del bocadillo lo habías tirado y el pan ya se sabe que no se tira. Los pensamientos impuros, tenían que ser suaves e inocentes, por ejemplo, que te gustaba una chavala, pues si decías que deseabas ver unas tetas, el castigo era ejemplarizante. Con esa plantilla de pecados, te caían como mucho tres padrenuestros y así, hasta la próxima semana.
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