Sigo convaleciente de mi lumbago, pero por dentro tengo una llama que me prende y puedo al dolor estoicamente o eso quiero creerme, que le puedo, pero ni yo me lo creo. Lo que no puedo es al sueño, si hasta me duermo escribiendo y entre el sueño y éste calorcito de estufa leñera, me están dejando en estado comatoso. Hoy estaba viendo y viendo desde y entre mis nubes, la Sexta 3 y ponían una película demoníaca, bueno y mejor dicho, de tema católico y apostólico, sólo que con efectos paranormales y sobrenaturales y no me enteré de mucho, pues el sueño me podía y de vez en cuando abría un ojo y veía un milagro, o sea una tía flotando en el aire y con estigmas corporales. Estigma, que maldita palabra y a la tía le salían agujeros por sus muñecas y sangraba por la frente igual que Jesucristo y escribía en Arameo, que manda carajo, ¡en Arameo!. y yo escribo en Galileo, ¡no te jode el tema lingüístico!.Bueno pues a continuación ponían el "Exorcista" y eso si que no, no podía más, aunque sólo fuera verla entre cabezadas y porque simplemente estaba saturado. Saturado de curas, de cristos, de demonios, de poseídos, de biblias, de conjuros y de rosarios macabros y sangre y vómitos y vueltas de cabeza y ojos inyectados de sangre y babas por la boca y muebles rotos y destrozados y ríos de sangre y sangre a espuertas.
No, todo y todo tiene un límite y mira que a mi me gusta la mandanga diabólica y los anticristos y los curas exorcistas y los estigmas y hasta los vómitos en escopetazo, pero hoy estoy cansado, aparte de que estoy hasta los cojones de la niña del exorcista, pues sí, tuvo su gracia y en su momento concreto, pero ahora cuando veo su cabeza dando vueltas a toda hostia y como una noria, pues me mareo y sobre todo me saturo de tanto vómito.Estoy hasta el carajo de niñas muertas y difuntas y de rollos filosóficos sobre luchas intestinas y en éste caso más que nada son intestinales, pues si vomita mucho, es que la niña está poseída y si deja de tener diarrea y de echar mierda por su boca, es que la niña está en el camino que toca o sea en el buen camino o en el camino de la senda de dios. E insisto y sé que rallo, pero estoy harto del bien y del mal y de que la vida gire entre y sobre esa contradicción y por mí, sí por mí, se podían ir a una isla desierta, que es lo mismo que irse a la mierda y me vale incluso, que se vengan a la Isla en que yo vivo y se fueran juntos de vacaciones, el cura exorcista, la niña diabólica, el anticristo y el cristo y con su cruz a cuestas. La cuestión es que yo no me los encuentre.
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