OLVIDOS, MENTIRAS Y DEDOS

                   Y hoy es día 19 de Noviembre, un día lluvioso y ventoso y es Martes. ¡Joder!, sigo teniendo que pensar en que día de la semana estamos, es Martes, atontado. Martes saliente de guardia, cansado pero vivo, herido pero cicatrizando. En esa labor estoy, en la de darme un buen repaso y salen cosas y cosas y que voy apuntando en mi nuevo y flamante tablón. Orden, necesito orden y disciplina y cada vez que me olvide de una cosa me cortaré un dedo de la mano y así que tengo de límite diez olvidos, después tendré que escribir con los muñones o con los pies.

                   Y no es cachondeo, mis olvidos son más que preocupantes y de verdad os digo, que si tengo que dejar de escribir para acordarme de las cosas, lo haré sin falta, si ello es óbice, que creo que lo es. Ahora tengo el método del tablón, pero no sé si llegara con ello. El del móvil y su agenda ya lo utilizo, pero me olvido de mirarlo. En mis tiempos de Universidad yo tuve una época muy dejada y en ella, se me olvidaba hasta la fecha de matrícula y después tenía que hacer birguerías e inventarme historias, para que me aceptaran la matrícula. ¿Y compensaba?, pues no, claramente no, pues eran todo agobios y malos rollos.

                    Es que además, cuando vas por detrás de las cosas o acontecimientos, llega un momento que para salir del entuerto o del embrollo en que te has metido, te ves obligado a mentir y ya después, todo va como rodado, mentira sobre mentira y llega un momento en que ya no sabes, lo que es verdad y lo que es mentira. Tú empiezas trampeando y con el tiempo la trampa te atrapa a ti. Y es un circulo viciosos del cual  es muy difícil salir. Bueno pues hoy he decidido, que se cierra el grifo definitivamente y ya no hay disculpas para mis olvidos. Desde hoy me iré cortando los dedos y de uno en uno y hasta que me acuerde de las cosas. Terapia conductista: un OLVIDO, una MENTIRA y un DEDO menos y sigue la rueda...

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JULIO CORTÁZAR