Hoy es día 25 de Diciembre, Navidad para todos. En algunos sitios será Navidad con sol, en otros pasada por agua o por nieve y frío y aquí lo que preside es el viento, que también tiene derecho y es más, es una de mis debilidades. Claro que cuando el viento está cabreado, como hoy lo está, es mejor no meterse con él, porque se corre el riesgo de que se cabree aún más y entonces llama a su hermano mayor, el Ciclón y ya ni en casa se está seguro.Ahora son las 12 de la mañana y me dije que para ser un día de Navidad me faltaba algo y era que no tenía resaca. Desde que no bebo me ha quitado un problema más, uno de los muchos que nosotros mismos nos creamos, la resaca, la insoportable y asquerosa resaca. Porque yo fui un talibán del alcohol y no lo digo por andar todo el día puesto, que casi, sino que era de los que pensaba que el que no bebía era un tío aburrido y sin sustancia y claro que ahora me veo y debía pensar hacia mi lo mismo. Y sinceramente me puedo ver de muchas formas, pero de tío aburrido y sin sustancia, nada de nada.
Pero algo ha cambiado dentro de mi cabeza que me hizo cambiar la perspectiva que tenía del mundo y de las personas y digo que debió ser algo, porque no soy capaz de concretar más. Como en muchas otras cosas, una tiene una lista de posibles pensamientos y circunstancias que ayudaron positivamente a cambiar la idea. Pero también es verdad que esa misma lista la tuve en ocasiones anteriores y no sirvió de nada. Entonces hay algo que desconocemos que nos ayuda a dar ese salto cualitativo, algo que estalla dentro de nuestro cerebro y nos hace cambiar de actitud.
Muchas terapias se basan en que es fundamental el autovalorarte como persona o sea tener UN nivel de autoestima alto y si es verdad, pero relativa. Pues por mucha autoestima que te tengas y te creas el rey del mambo, quién te dice a ti que ésta vez si vuelves a beber no recaes. A ti no te lo dice nadie, porque si te lo dicen, te pones defensivo y si te lo dices a ti mismo, te puedes contestar que ahora te sientes con fuerzas para no recaer en nada, que antes recaías porque estabas deprimido o porque no te valorabas lo suficiente como persona. O sea que mi conclusión es clara, uno sale porque quiere y por la ayuda externa de terapias y también interna de trabajarte como una bestia, pero los motivos siguen siendo varios y aún no se sabe cual de ellos es más importante. Cuando lo sepa ya os diré algo.

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