Yo creo que hay que saber perder y saber perder no significa sentirse derrotado, saber perder es reconocer el fracaso, pero al mismo tiempo saber darle una salida. Sin fracasos no se aprende y lo más difícil es extraer los fallos que te han llevado a ello. Y digo fallos y aclaro que los fallos pueden ser personales o sea por tus propios fallos o pueden ser por una causa general, aparte del papel que tiene la mala suerte. Y es que la suerte juega su papel en todo, ya sea porque te favorece y te ayuda a tener un éxito, como al contrario y consigues un fracaso.
Y es que el fracaso o el éxito dependen de tantas cosas que daría para una lista interminable. Está claro que si fallas en la preparación del asunto o tema que presentas y ya sea por no currarlo como toca o por darle un mal enfoque, pues el fracaso está casi asegurado. Pero también juegan otras cosas o causas más generales, como el momento en que lo presentas, el sitio donde lo haces, como lo haces o como desarrollas tu exposición y otros aspectos más que influyen en el triunfo o fracaso.
Y fracasar, ¿que pasa con fracasar?, pues no debía pasar mucho si tuviéramos una actitud abierta y sobre todo que admitiéramos que con los fracasos es como se aprende. porque es verdad que si tienes un éxito cualquiera, normalmente se achaca a lo bien que te lo curraste y lo bien que lo hiciste y demás epítetos que acompañan al éxito y en cambio, se olvidan un montón de pequeños factores y que entre ellos está la suerte. La suerte de haberlo hecho en el momento adecuado, la suerte de que alguien o algunos te prestaran apoyo o que lo leyera alguien influyente o bien relacionado con los medios de comunicación o que ese día no llovió y fue mucha gente, en fin, una suma de pequeños hechos que te ayudaron a tener el éxito.
En cambio cuando se fracasa nos olvidamos de que a lo mejor lo hicimos todo bien y en cambio tuvimos mala suerte y por las mismas razones que expuse para tener buena suerte, sólo que a la inversa. Y todo esto viene a cuento de que llevaba como una semana saboreando la hiel del fracaso y me estaba culpabilizando como un loco y me torturé hasta casi hacerme daño y ahora con éste pensamiento me estoy sintiendo aliviado.
Y todo esto pasó de casualidad (la suerte) pues estaba viendo un programa intrascendente en la tele y cuando fui a apagarla oí algo que ya sabía, pero en ese momento e instante me di cuenta que no lo estaba aplicando, fue como un fogonazo o como cuando se te enciende una idea y era eso, que me sentía fracasado en plan absolutista y por tanto derrotado. Había perdido la perspectiva de como poder salir del atolladero. Y era así de simple la historia, era tan simple como saber situar el fracaso como algo positivo y de que tu no eres el ombligo del mundo y por tanto el culpable de todos tus males o fracasos y menos de los de los demás. Era eso, era darle una perspectiva distinta y algo de lo que hay que extraer cosas que valgan la pena para seguir luchando. Muy simple la cosa, si muy simple, pero la vida está hecha de cosas simples y a veces lo más sencillo lo complicas. Ahora depende de mí, que me aplique el cuento y que pueda salir adelante a base de no cometer los mismos errores.
Y es que el fracaso o el éxito dependen de tantas cosas que daría para una lista interminable. Está claro que si fallas en la preparación del asunto o tema que presentas y ya sea por no currarlo como toca o por darle un mal enfoque, pues el fracaso está casi asegurado. Pero también juegan otras cosas o causas más generales, como el momento en que lo presentas, el sitio donde lo haces, como lo haces o como desarrollas tu exposición y otros aspectos más que influyen en el triunfo o fracaso.
Y fracasar, ¿que pasa con fracasar?, pues no debía pasar mucho si tuviéramos una actitud abierta y sobre todo que admitiéramos que con los fracasos es como se aprende. porque es verdad que si tienes un éxito cualquiera, normalmente se achaca a lo bien que te lo curraste y lo bien que lo hiciste y demás epítetos que acompañan al éxito y en cambio, se olvidan un montón de pequeños factores y que entre ellos está la suerte. La suerte de haberlo hecho en el momento adecuado, la suerte de que alguien o algunos te prestaran apoyo o que lo leyera alguien influyente o bien relacionado con los medios de comunicación o que ese día no llovió y fue mucha gente, en fin, una suma de pequeños hechos que te ayudaron a tener el éxito.
En cambio cuando se fracasa nos olvidamos de que a lo mejor lo hicimos todo bien y en cambio tuvimos mala suerte y por las mismas razones que expuse para tener buena suerte, sólo que a la inversa. Y todo esto viene a cuento de que llevaba como una semana saboreando la hiel del fracaso y me estaba culpabilizando como un loco y me torturé hasta casi hacerme daño y ahora con éste pensamiento me estoy sintiendo aliviado.
Y todo esto pasó de casualidad (la suerte) pues estaba viendo un programa intrascendente en la tele y cuando fui a apagarla oí algo que ya sabía, pero en ese momento e instante me di cuenta que no lo estaba aplicando, fue como un fogonazo o como cuando se te enciende una idea y era eso, que me sentía fracasado en plan absolutista y por tanto derrotado. Había perdido la perspectiva de como poder salir del atolladero. Y era así de simple la historia, era tan simple como saber situar el fracaso como algo positivo y de que tu no eres el ombligo del mundo y por tanto el culpable de todos tus males o fracasos y menos de los de los demás. Era eso, era darle una perspectiva distinta y algo de lo que hay que extraer cosas que valgan la pena para seguir luchando. Muy simple la cosa, si muy simple, pero la vida está hecha de cosas simples y a veces lo más sencillo lo complicas. Ahora depende de mí, que me aplique el cuento y que pueda salir adelante a base de no cometer los mismos errores.



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