FALSOS COMPAÑEROS

éste es mi nuevo careto del Facebook, ¡a que estoy guapo!.
Por fin ya cambié mi foto de perfil del Facebook, estaba hasta los cojones de ver mi cara de empanada. Ahora salgo en negro y pintado con muchos colores, igual que como veo yo la vida, en todos los colores pero con un fondo negro, para que destaquen los colores aún más. Y no esa cara de papahostias que tenía en la foto, una cara inexpresiva y como de medio colocado, cosa que tampoco me extraña, pues cuando me la sacaron, y digo la foto y no otra cosa, estaba en una fiesta de despedida de una compañera.





 Por cierto de despedida de una compañera ahora inexistente, de esas que desaparecen en cuanto se van y ni yo ni nadie de ésta Isla sabe ya de ella. Es curioso esto que digo, pues son muchos casos parecidos, vienen a ésta Isla y parecen superenrollados y en cuanto consiguen su fin, que es volver de donde vinieron, pues adiós y que os den paletos isleños.

 No me extraña que aquí se desconfíe de la gente que viene de fuera, pues ya tienen el culo escaldado de "falsos" compañeros. Ahora sí, cuando ponían un pie en ésta tierra de infieles, eran plastas necesitados, necesitaban de todo, casa, alojamiento, sitios de comidas y sitios de visita, eran como angelitos desamparados, tiernos y con carita de cordero y ya se sabe cuando uno es demasiado tierno en el fondo es un hipócrita redomado.

Bueno a lo que iba en principio, sólo me queda cargarme algunas de "mis amistades" del Facebook, sobre todo a esas personas que juegan a lo que quieren y a lo que les sale de dentro y que están en todo su derecho, pero porque ellos jueguen, no tienen que llenarme de mensajes de que están jugando a no sé qué. No soporto ese tipo de invitaciones y no sé como explicar que yo no juego a nada de esos juegos. Claro que el Facebook se encarga de tocarme los huevos. Aparte de darle información sobre nosotros al espionaje yanqui, van los tíos y por promocionar ese tipo de jueguecitos y que por supuesto cobran por ello, pues nada a meternos en vicios pecaminosos.

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JULIO CORTÁZAR