PANFLETOS REPETITIVOS

               No sé si a veces peco de pesado y reiterativo, espero que no, porque sino me suicido. Hay cosas que me obsesionan y no quiero acabar en el mismo esquema panfletario, el de primero expongo el asunto y después lo denuncio y por último doy el consejo y digo que tenemos que movilizarnos para así derrocar al poder actual o al Gobierno o a lo que sea, pues éste esquema vale para todo, lo mismo para un roto que para un descosido. Y éste esquema a base de repeticiones reiterativas consigue dos cosas: una, que abraces la causa por machacamiento cerebral y neuronal y por la tortura ocular que supone leer siempre el mismo mensaje y la otra, es que la rechaces y no por lo que denuncia, sino porque de reiterativa te perfora el cerebro tipo taladradora.

              Es como si te pusieran delante de una pantalla cantando a Bertín Osborne o a Julito Iglesias o a los dos juntos a dúo y siempre con la misma canción y cuando acaba, pues empieza de nuevo. ¿como acabaría uno?, pues intentando coger un cuchillo para rajarte el cuello o las venas del cerebro. Y todo esto no lo digo por decir, lo digo porque hay mucho cansino suelto por las llamadas redes sociales y todos los días nos bombardean con el mismo esquema y dale y dale más y le dices, espera tío, que esto no lo he entendido y ¿si me lo explicas de otra manera?, le dices, esperando que capte la indirecta. Y va el tío y no se entera y vuelve a empezar igual y con el mismo rollo patatero y sin introducir ni un sólo dato nuevo. El mismo rollo y el mismo panfleto.

                 Yo no sé como alguien no le ha explicado a estos cansinos mediáticos, que no somos tontos ni gilipollas, ni perdimos el cerebro por el agujero del water, no señor, somos personas y personas que pensamos y sabemos observar e interpretar los hechos y por tanto también sabemos sacar conclusiones y justo lo estoy demostrando en éste preciso momento y por eso concluyo, que ya está bien de machacarnos el cerebro y que sería mejor que contaran estos cuentos reiterativos a sus hijos o a sus nietos o mejor a su perro, pues el perro percibe mucho mejor las órdenes repetitivas.

              Vamos a ver, yo no soy dios y por tanto no tengo un método perfecto, ni una fórmula mágica de como se deben explicar las cosas, pero si sé lo que no quiero y no quiero más bombardeos de repeticiones. No señor, no somos tontos, aunque a veces lo parecemos, pero eso no da derecho a nadie a tratarme y a tratarnos, como bebés de 5 meses. Hay quién piensa que sólo hay la tortura física y no se enteran de que la hay psíquica y esta es una de sus formas, la perseverancia del mismo tipo o estilo de mensaje. ¡Y todo esto es por culpa del Gobierno!. He dicho y concluyo y no lo repito más.
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JULIO CORTÁZAR