Y resulta que y resulta que me liado. Eran las 11 de la noche de ayer, Viernes e iba a por tabaco (como siempre se dice y a modo de disculpa, por lo menos yo la usé muchas veces y después y no sé como, llegaba borracho a casa) y antes de que cerrara todo y hasta pude ver el final del partido del Celta de Vigo contra el Betis y ganó el Celta 4 a 2 ( ¡Viva el Celta!).Compré tabaco y me volvía para casa y entonces y entonces, me encontré a un compañero del trabajo y que ya iba medio tajado, pero solo medio y no del todo. Vamos que aún no iba babosillo. Porque si llega a ir en ese estado, lo mando directamente al carajo. Pues resulta que más de mil veces nos habíamos retado a jugar al billar y claro, al encontrarnos, lo primero que surgió fue lo de echar la partida siempre pendiente.
Y ya se jodió el invento, nos fuimos directamente al único pub que tiene éste pueblo y que para más inri se llama "Mamas and the Papas", nombre antológico y con cierto tufo a jipi reciclado o a eso me suena a mí. Por d entro trata de ser un pub tipo inglés, pero lleno luces laser horteras y molestos y la música, la música es mejor no mentarla. Pues nada tres partidas al dichoso billar y él compi, solo se tomó una birra y yo... y yo, y me da vergüenza decirlo, pues dos cocas zero zero. Bueno pues el tío me ganó 2 a 1 y santas pascuas. Pero yo flipé con el pub y su clientela, que no era mucha, pero si la suficiente.
Entraron 2 tíos y 3 tías jóvenes y se sentaron en una mesa y no dieron más la tabarra. Pero, pero después llegaron las Huestes Inglesas y que en ésta Isla abundan como las setas. Bueno pues eran 4 tías y 1 tío, pero eso sí, colocados y hasta las cejas y caían sillas y copas y ¡hala! viva la fiesta. Qué sensación me ha entrado de repente, 5 ingleses ciegos y colocados y haciendo posesión de su territorio colonial. Se nota esa prepotencia que da el Imperio y ese, ¡pobres indígenas de ésta Isla!.Bueno pues siguió la fiesta, los inglesitos cada vez más puestitos. Y entre ellos había una negra inmensa y de tipo mesa camilla y con unas tetas que le llegaban al suelo. Después había un tío medio viejete (como yo) que iba más puesto que Napoleón. Una madre con una hija (me enteré por mi compañero de farra, que eran madre e hija), la madre era una madre toda puesta y aun tenía un pase, pero tampoco era la hostia en verso. Pero la hija era para echarle cacahuetes. Parecía mezcla de inglesa y de buldog, ¡menudo engendro de tía!.
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