LA MARATÓN DE LA ESCRITURA

Ya está, ya lo he conseguido. Me he demostrado a mi mismo que puedo escribir casi todos mis pensamientos de un día. Era un objetivo, era un meta y digo que casi lo he conseguido, pues aún así y lógicamente, algún pensamiento se ha quedado suelto. Pero lo gordo sí, si lo he conseguido, pero eso si, ¿a costa de qué?, de que casi no comer, ni dormir, ni relajarme y claro después de unos días tan intensos, viene el cansancio y viene el desmayo.

¡Menudas metas me pongo!. Pero como soy humano o eso creo, necesito saber mis límites. A otros les da por correr Maratones o hacer el Dakar y a mi me dio por hacer la Maratón de la Escritura. Lo único que hay de bueno en esto, es saber que tienes un límite y sobre todo, saber hasta donde llegas, por lo demás es una absoluta paliza y que te deja el coco echo papilla. Si  ayer me hubieran hecho la RESO del coco, estoy seguro que rompo la puta máquina, mi actividad cerebral era volcánica.

Así que hoy lo pago de alguna manera y me desperté a las 2 de la tarde y con un fuerte dolor de cabeza. Ahora ya estoy mejor, pero son las 5 de la tarde. Es un día a medias, quiero descansar y también escribir algo, pero hacerlo a ritmo de samba y no a ritmo jevi. (Estos últimos días escribía entre 11 y 12 horas cada día).

Bueno, pues a ver si sale algo y ya digo algo tranquilo o que para mi resulte tranquilo, pues hoy es como el descanso del guerrero. De todas formas yo creo en lo mágico y a lo mejor aparece de repente, un Duende o una Bruja o la misma Musa y me ayudan a dar ese empujoncito que hoy necesito. Sí, si me encuentro satisfecho, pero ya cumplí ese objetivo y ahora debo poner otro por delante. ¿Quizá buscar el punto de equilibrio entre escribir y cuidar más mi mente y mi cuerpo?, puede. ¡Tendré que pensarlo!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR