Dicen que los sentimientos se enfrían y no es verdad, los sentimientos no se enfrían, los enfriamos nosotros. Los enfriamos nosotros, por nuestras circunstancias y por nuestros miedos. Nosotros podemos querer, pero nuestra forma de querer es siempre limitada y lo es en el tiempo y en el espacio. Los sentimientos en cambio son infinitos y si viviéramos en un mundo sin pautas predeterminadas, los sentimientos serían perpetuos y no cambiarían según sople el viento o según llueva o no llueva o según pasen los años.El problema está cuando los sentimientos pasan por el filtro de nuestras mentes, porque ese filtro está plagado de virus o de prejuicios. Pero así somos nosotros, somos de carne y hueso y tenemos un alma que no nos merecemos y que además vendemos por cuatro peniques. Cuando el alma nos molesta, enseguida intentamos regalarla o venderla, pues el alma nos habla y nos dice si actuamos correctamente y nos lo dice en el lenguaje de las sensaciones.
Por tanto el alma nos avisa de lo que puede pasar o venir, pero el filtro de la mente nos dice lo contrario. Entonces se produce una lucha de titanes. Por un lado la mente con su raciocinio lógico y por el otro el alma con su mundo de intuiciones. Lo lógico es pensamiento matemático, esto es así porque 1 más 1 es igual a 2 y en cambio los sentidos y el mismo sentimiento, no tienen números para demostrar nada, sólo tiene la intuición de que la suma no es correcta.
Y el alma te avisa y te grita, ¡cuidado porque vas a meter la pata! y en cambio a ti los números si te cuadran, pues esto es lo lógico, esto tiene sentido y además, yo me guío por lo que conozco y conozco ésta situación y porque ya la he vivido. Y el alma al otro lado, no te dejes engañar, que ninguna situación es igual y aunque lo parezca. Y la mente segrega sustancias que te ciegan y te nublan el mundo de los sentidos y al final, la mente se erige como la campeona. Después con el paso del tiempo comprobamos que el alma tenía razón y por eso digo y repito que, ¡Qué tenemos un alma que no nos merecemos!.
No hay comentarios:
Publicar un comentario