Hoy hace un día frío, frío pero de sol invernal, sol cálido si te da de lleno y día frío si te desenvuelves entre las sombras. Y entre las sombras se desenvuelve mucha gente y mucha más de lo que pensamos. Es evidente que hay gente que vive rodeado de Sombras e incluso ellas se muestran como sombras y no como personas, pues ya han renegado de su vida y solo viven entre sus recuerdos. Yo me acuerdo de tres tías que tuve, las tres eran solteras y vivían para servir al marqués de mi tío, también soltero, por cierto.En mi infancia yo viví muy unido a ellas. Vivían al lado de mi casa y me pasaba todos los días a visitarlas por su casa. Visita interesada, que se llama, pues siempre me tomaba un rico aperitivo. Pero bueno yo vivía su día a día y esas tres mujeres no tenían presente, sólo vivían ancladas en su pasado. Sus mejores momentos eran los que contaban de haberlos vivido en su pasado, en su niñez o cuando aún vivía su madre, que era mi abuela, claro. Esos pequeños detalles y a los cuales yo no les daba mucha importancia, pues yo era solo un niño y un niño solo mira para adelante, solo mira hacia el futuro.
Pero con el paso del tiempo, sí les entendí. Entendí que su presente era tan malo o tan carente de estímulos que su futuro era solo sobrevivir en el día a día. Duro no, sí muy duro y más cuando piensas que eso significa enterrarse en vida, o ya estoy muerto pero sigo viviendo. También piensas si tú no pudiste hacer algo, si tu no pudiste ayudar a cambiar esa situación. Difícil, difícil de cambiar un pensamiento tan profundo y más si como era el caso, eras un niño. Claro que más adelante murió mi tío y por lo tanto murió su único objetivo en ésta vida, el servirle como esclavas y ya su vida no tuvo ningún sentido.
Aquella casa empezó a tomar tintes siniestros, tres mujeres en una casa y las tres carentes de estímulos. Por lo tanto ya se sabe como acaba éste cuento y acaba en que las tres se agarraron a la botella. Ya le daban antes al trinqui (pero lo hacían hasta cierto punto y el otro, se lo hacían a escondidas), pero ahora que no tenían justificación por la que seguir viviendo, pues la botella se convirtió en su único deseo. Y no penséis que al escribir esto, no me duele por dentro, duele y escuece, pero me atormenta más dejarlo guardado en mis adentros.En definitiva, tres personas que vivieron entre sus propias sombras y que su vida se resumió a lo que vivieron como niñas. Y como ellas hay millones de personas, personas que dicen buenos días o buenas noches, pero que lo dicen con automatismo, y sobre todo que lo dicen, para no llamar la atención y para que se les deje en paz y que nadie interrumpa sus pensamientos obsesivos. Los que vivimos pensando que hay vida por delante nos es imposible entender el mundo de esas personas, pues nosotros nos proyectamos hacia delante, ellas solo se proyectan en sus recuerdos envolventes. Pero creo que se merecían también ser recordadas éstas personas, éstas personas que viven en el mundo de las Tinieblas.
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