ASERTIVIDAD

Bueno, como ya dije, hoy es Miércoles y estoy medio aterrizando y entrando por tanto poquito a poco en la sociedad menorquina. Que suena bien, eso de entrar en la sociedad, pero yo en realidad nunca entro, yo entro y salgo y reviento todo por dentro. Es mi ley de vida, es mi signo y también es mi condena. Ahora más bien me aparto y me automargino, ya no quiero o ya no prefiero la confrontación directa y el tener que pelear por causas perdidas. Y no hay causa más perdida que enfrentarse a las costumbres sociales.

Yo prefiero asomar la cabeza y durante un rato y tener la puerta siempre abierta. Al mínimo síntoma de asfixie cojo rápidamente la puerta de salida: Así quedamos todos en paz, yo me voy con mis propias alucinaciones y el resto se queda con las suyas. A esto ahora, se le llama ser Asertivo. Menuda gilipollez se han inventado, si al fin y al cabo, lo que yo hago, "es querer tener la fiesta en paz" y punto. Pero bueno ahora le llaman Asertividad y venga que hay que ser Asertivo y cursos y charlas y conferencias sobre éste tema.

Bueno pues yo seré Asertivo hasta que no me toquen las pelotas, vamos como siempre fue y siempre será. Porque una vez que te las toquen se va la Asertividad al carajo y así debe de ser. Pues si alguien está por joderte, tiene que llegar un punto en que dejes de ser tan comprensivo o sea que dejes de ser tan gilipollas y le devuelvas la misma hostia y con creces. 

Vamos que yo no nací para  ser Santo Job y además tampoco me pagan por ello, o sea que a un imbécil que intenta ir a tú chepa  y te sigue buscando y erre que erre, pues nada, que hay que darle dosis más grandes de su propia medicina. Y si hay que empalarlo, se empala y se hay que comérselo en crudo, pues se come, pero de Asertivo nada de nada. Un ser de éstas características, solo entiende el lenguaje universal de una buena manada de hostias. Y después de ello, quizá se pueda volver a hablar de Asertividad.

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JULIO CORTÁZAR