
No soporto el odio,
ni soporto el que me odie nadie,
y esa mirada venenosa,
y ese rictus en la boca,
y esa media sonrisa que hace daño,
y esos gestos de desprecio,
y que son como bofetadas en la cara,
y es que no soporto el odio,
y menos soporto el que me odie nadie.
No soporto el odio,
ni soporto que me den la espalda,
ni que me escriban odiosas palabras,
pues no soporto ese olor agrio,
ni siquiera soporto el silencio tenso,
ni las medias palabras,
ni las que tienen un doble sentido,
no las soporto ni ahora,
ni las soportaré nunca.
No soporto el odio,
como no soporto algunas frases,
y que del amor al odio hay un paso,
un paso, dicen,
será un paso muy grande,
o un paso inmenso o un paso infinito,
y porque el amor es la antítesis del odio,
es como las antípodas de los sentimientos,
o ¿son como los dos polos contrarios?,
a no ser que..., a no ser que...
que los dos polos también se atraigan.
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