EL PORQUÉ

Hoy no sabía si directamente agobiarme o esperar un rato y decidí esperar y a ver si se me pasaba la tontería. Y después de hacer unas cuantas cosas, la tontería pasó y tal como va pasando la vida pasó la tontería. Porque es verdad que a veces te ahogas en un vaso de agua y ante un pensamiento negativo te hundes como el Titanic. Claro que hay otras veces en que las cosas te resbalan y puedes ponerte al mundo por montera y puedes decir que si o que no a todo, pues al fin y al cabo, da igual lo que te digan.

Pues hoy me dio por empezar el día ahogándome en un vaso de agua, aunque aquí en éste pueblo da igual que te ahogues que te envenenes, el agua y como ya dije, es agua de poza negra y si te la bebes te entra la Lepra o la Disentería más loca. Me comía el coco por si me estaba pasando algo y me tuve que resetear de arriba abajo. Estaba entero y no me faltaba un brazo ni una pierna, la cabeza estaba en su sitio y no estaba dando vueltas a toda hostia, eso mismo que le pasaba a la niña del exorcista. O sea que estaba entero físicamente, pero no anímicamente. El ánimo a la altura del carajo o sea bajo mínimos y lo peor era el no saber porqué.

Pero a veces el porqué está a la vuelta de la esquina y entonces me crucé con él y me lo explicó todo. Resulta que a mi no me pasa nada, salvo que estoy cansado, profundamente cansado y eso me altera el ánimo. El porqué además de esto, me comentó que el punto G del asunto, estaba solamente en descansar y en el salir de ésta Isla. Salir primero y descansar, después. Y por último me dijo que el ánimo estaba en horas bajas, pero que no estaba hundido y en cuanto le diera un poco de chance, seguro que el ánimo volvería conmigo. O sea que gracias al porqué ya se me aclaró el día.

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JULIO CORTÁZAR