
Y llévame y llévame y llévame
y llévame contigo
y lejos y muy lejos
y donde el nadie y la nada sean los que mandan,
si yo soy pequeño, pequeño de tamaño
y quepo lo mismo en tu bolsillo,
que dentro del zapato,
al fin y al cabo yo soy microscópico
y en cambio tú,
tú eres el gigante del cuento
y un gigante que se llama, viento,
o brisa cuando estás suave
o ciclón cuando te enfadas,
y entonces levantas las mareas,
y remueves las conciencias,
pero eres el mismo viento que yo conocí hace tiempo,
viento del norte, viento del sur,
viento en continuo movimiento,
y viento que me das tú aliento,
viento embravecido, viento enardecido,
viento que me transmites calma,
pues sin ti, viento,
yo soy un alma que no siente ¡nada!.
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