Ya quisiera yo ser como la seda, suave
y tierno como el pan Bimbo. Pero no, yo soy un ser ondulante y hoy
estoy así de reflexivo y mañana estoy de otra manera, quizá más
arisco y más irascible. Hoy fui a desayunar al bar que voy siempre y
pensé que no todo depende de tí y de como te encuentres, también
depende de la gente y hoy había un gran alboroto en la gente,
hablaba todo dios al mismo tiempo y a un volumen demasiado alto para
mis finos oídos y entonces recapacité de nuevo y me di cuenta que
el entorno me estaba alterando. Simplemente cogí la puerta de salida
y asunto arreglado.
Pero esto no es más que un ejemplo,
pero es lo suficientemente gráfico de lo que nos puede pasar en cada
día de nuestra existencia. Porque puede pasar en el curre y ahí si
que no hay puerta de salida y tienes que poner calma o te lo tragas
con espinas. El entorno altera y mucho, pero también es verdad que a
veces el entorno te importa un pito y entonces en el fondo todo se
queda de como esté tú nivel de susceptibilidad, si estás sensible
todo te molesta y si no lo estás, que le den por el culo a los
demás.
La verdad es que no sé lo que
prefiero, si estar demasiado suave y tierno o estar en plan
aguerrido. El punto medio sería lo ideal, pero creo que ese punto no
existe de momento, aunque eso mismo no indica nada, pues no por eso
hay que dejar de mantener el equilibrio. Como digo yo, a mi me
encanta hacer equilibrios por los precipicios y si caigo me mato,
pero si vivo soy el rey de la selva adrenalínica.
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