PEQUEÑOS DETALLES

Y puede que a veces me altere en demasía y porque es verdad que a veces pierdo el equilibrio. Y es un tema que no controlo y mira que lo intento, intento demostrarme a mi mismo y los demás que puedo hacerlo, pero las cosas me afectan más de lo que pienso y sobre todo me afectan los pequeños detalles o los detalles más insignificantes y todo porque me cogen de sorpresa. Ante un gran problema unos se siente preparado para todo, para que salga mal o para que salga bien y entonces el factor sorpresa no existe.

Por un pequeño detalle se puede cambiar el rumbo del mundo y como el rumbo lo marcan los seres humanos, siempre hay un arsenal de pequeños detalles humanos que hacen que se pueda o no llegar a un acuerdo. Porque los grandes acuerdos tiene mucho de intereses y de ideología, pero tienen otra parte más humana y es la empatía o como se le llame y aunque se rechacen como dos polos, si tienen algo de simpatía y de respecto mutuo, son susceptibles de llegar a acuerdos impensables.


Ahora como el oponente sea como un perro rabioso, seguro que no hay acuerdo posible. Aunque también los hay que son como palos secos y no muestran nada y con estos también es difícil llegar a acuerdos, pues un palo no te dice nada y además un palo no cambiará nunca su postura inicial. Un palo es Mariano Rajoy, nuestro ilustre Presidente y ni chicha ni limoná o sea na de ná, no sufre, no siente, no padece y negociar con un muñeco de trapo tiene su aquél y tiene su enjundia. Lo cual significa, que mientras siga éste títere de madera al frente del Gobierno, seguiremos jodidos y bien jodidos.

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JULIO CORTÁZAR