SOMOS ASÍ DE CONTRADICTORIOS

Pues pensándolo bien, si que tiene guasa que me agobie por la tontería del alquiler de mi casa y en cambio que no me agobie el jugar con la vida y la muerte de las personas. Bueno que no me agobie es un decir, pues claro que me agobio, pero me refiero a que no pierdo el control de mis nervios y me mantengo firme y seguro en mis decisiones médicas y las asumo con todas las consecuencias. No sé, ahí hay algo que no comprendo su funcionamiento, pero como el resultado es el óptimo, tampoco me voy a comer demasiado el coco. Me reseteo y doy ok y eso es lo que importa, el ok de marras.

Tampoco siempre fue así la cosa, pues tuve que pasar miedos y penurias y estudiar mucho y volver a estudiar mucho. Y temblar y como una hoja seca y querer escapar por la ventana más próxima, pero siempre hubo algo que me contuvo, algo que no tiene nombre, una fuerza viva y una mano amiga. Y las dudas asesinas y los interrogantes del día a día, pero creo que dios me dotó de un sexto sentido y éste me hizo ver más allá del horizonte.

No es vocación médica, es sentir que puedes hacer algo por los demás y yo ese algo lo represento con la medicina. Si salvo a alguien creo que es importante y si no lo salvo ya depende del porqué no se pudo. Si es porque así tiene que ser, te quedas jodido unos días y si es por negligencia médica, entonces ya no sé lo que se siente y porque y toquemos madera, hasta ahora no entré en ese terreno tan pantanoso. Supongo que será muy jodido el tema y que te hará romper unos cuantos pilares sobre los que se sustentan
tus principios. Por tanto lo lógico sería el plantearse el porque ejerces la Medicina y creo que por desgracia, son pocos los médicos que se lo plantean

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JULIO CORTÁZAR