UN DÍA BUENO

Es la 1 de la mañana del día 20 de Agosto y ya estoy pasado de hora, pero como estoy pasado de muchas cosas, no importa una más en mi triste o alegre historia. Me gustaría que el resumen de mi vida fuera espectacular y de película, pero la realidad es dura en éstas cosas y no deja títere con cabeza y tampoco deja en paz a la mía. Pero yo no me arrepiento de lo vivido y si remuevo todas mis vivencias, sale lo que soy y soy un pedazo de cabrón, pero también sale que soy una buena persona. La dislexia de mi personalidad o la lucha de mi yo malo y de mi yo bueno.

La verdad es que es difícil definirse y más cuando sientes la dulce caricia del sueño. Bueno, he decidido que me voy a la cama, que Morfeo me reclama y ya sabéis como es Morfeo de exigente, te llama una vez y punto, a la segunda ya te amenaza con el ogro del insomnio y yo sinceramente no estoy para esos trotes y vapuleos, pues ahora soy más bien como una perita en dulce, soy y estoy sumamente delicado y entonces tengo la obligación de cuidarme.

Podía deciros a modo de despedida, que hasta mañana y que mañana será otro día y que será mejor que éste, pero esto último lo dudo. Los días últimamente son pasto de los recortes a que nos someten y por tanto se encarecen y pasan a manos de los especuladores. Y un día bueno cotiza y cotiza mucho en Bolsa. Así que ahora el rasero para nosotros está en un día mediocre o malo, salvo... salvo que esto lo cambiemos y le demos la vuelta a la tortilla y entonces un día bueno, lo serán casi todos los días y digo casi, porque tampoco nos pasemos, que esto no es el cielo, es la puta Tierra, la cual, os recuerdo, es una mierda en la inmensidad del espacio.

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JULIO CORTÁZAR