UN VERANO FRESCO

Ya son la 1 de la mañana de un día cualquiera de verano, pero de un día de mis vacaciones y eso ya es de por sí, un hecho muy importante. Es como un hecho histórico, bueno para mí lo es y eso es lo que importa. Estoy en Chiclana (Cádiz) y hace un verano fresquito, calor por el día pero sin quemarse y por las noches refresca bastante. Pues yo pensaba que todo el mundo estaba contento con un verano fresquito y de feliz durmiente y resulta que no, que algunos se quejan de no se puede estar en las terrazas por las noches y por la fresca que pega con el viento del Poniente.

Hasta ahora todo el mundo se quejaba del viento contrario, el viento del Levante y porque es un viento muy seco y porque viene del desierto, del desierto africano y claro, da un calor insoportable. Y como siempre pasa, uno se queja de lo que no tiene, pero estoy seguro que en éste caso uno se queja de todo. Y si hace Poniente, porque no hace Levante y al revés también vale. La cuestión de fondo, es quejarse. En cambio de disfrutar de éste calor suave y fresquito, uno se queja porque no puede estar en las terrazas.


Y yo digo, que me importan las terrazas, si yo puedo dormir a pierna suelta. Yo quería un verano fresquito y por eso estaba dispuesto hasta ir al Norte de España y resulta que por penurias económicas y por otros factores que ahora no voy a mencionar, al final tuve que anular mis planes y me tuve que dirigir al Sur de España y con sumo gusto. Y aún encima tuve la suerte de encontrarme con esa caricia suave y refrescante que solo te da el viento de Poniente. Pues nada que por mi, que se jodan todos los terraceros y vivan los que nos conservamos frescos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR