Ahora son las 12 de la mañana del día 3 de Septiembre y es Miércoles. gran día el miércoles, pues es el día bisagra de la semana, está en el medio y además es el día en que se empieza a ver la cuesta abajo, pues ya se siente más cerca el fin de semana o el finde. Volví a sobar a lo bestia y me dieron las 10 y media de la mañana cuando abrí los ojos y me topé con un día un tanto raro, nublado y despejado y con una humedad superlativa, bueno nada a lo que ya no esté acostumbrado.
Fui a desayunar al bar de mi esquina y una tostada y dos cafés con leche y una lectura superflua del periódico local, la única mirada que se le puede echar a ese engendro. Resulta que ha crecido un 25% el turismo gay y dicen y como buenos fenicios que son, que los maricones se gastan de media 170 euros diarios, nada comparable a los 70 que se gasta el resto de personal turístico. Y coño si se gastan eso, hay que atraerlos como sea, lo cual a mi me da igual, pero que quede claro una cosa, aquí prima sólo la pela, la puta pela.
Fui a desayunar al bar de mi esquina y una tostada y dos cafés con leche y una lectura superflua del periódico local, la única mirada que se le puede echar a ese engendro. Resulta que ha crecido un 25% el turismo gay y dicen y como buenos fenicios que son, que los maricones se gastan de media 170 euros diarios, nada comparable a los 70 que se gasta el resto de personal turístico. Y coño si se gastan eso, hay que atraerlos como sea, lo cual a mi me da igual, pero que quede claro una cosa, aquí prima sólo la pela, la puta pela.
Que nadie se llame a engaño y piense que en ésta Isla están superados todos los tabúes y que no hay discriminación hacia los homosexuales, la hay y como en todos los sitios, solo que los fenicios invadieron éstas tierras hace miles de años y como buenos comerciantes que eran dejaron de herencia el interés por el dinero. Y son 170 euros al día lo que dejan, pues nada que esta Isla se convierte en un nido de maricones y además los nativos ya eran maricones desde su nacimiento. Pero ya me gustaría ver a estos mismos empresarios si por las calles se estuvieran besando los tíos y tías entre ellos, pues otro gallo cantaría y volvería a triunfar la moralidad reinante. Aquí la pela es la pela y la pela está hasta en la bandera.
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