FILOSOFÍA PURA Y CRUJIENTE

Y hoy, ¿qué día es?. Ni me acuerdo del número, ni del día de la semana. Hoy me los prometía de venganza, de escribir nosecuantas horas seguidas, pero al final me ha vencido el sueño y tuve que dormir una hora y media y como decía o pensaba cuando me estaba acostando, ¡me cago en el dormir a trozos!. Estoy hasta los mismísimos cojones de dormir dos horas, después una hora y al final, el día se ha ido al carajo. Esto es como cuando se dicen las cosas y por compasiones que nadie entiende, se dice sólo un trocito y después el otro.

Lo que hay que decir, se dice y punto y pelota. Yo soy de esa parte o rama de la filosofía que dice, que las cosas mejor crudas y calentitas y después atente a las consecuencias, si las hay y sino las hay, pues mejor. Pero con esa compasión tan falsa y tan cristiana, lo único que conseguimos es aplazar las decisiones. Y es que creo que nadie se merece las verdades a medias y ahora te digo un poquito y después otro, porque las personas no suelen ser tontas y se huelen el bacalao podrido que hay detrás de las palabras compasivas.

Porque cuando se unta vaselina fina o mantequilla a falta de la primera, pues lo normal es que se note. Y salvo cuatro gilipollas que les gusta vivir en el engaño lastimero, los demás preferimos la cruda realidad. Y todo esto lo digo mientras se están friendo las patatas para hacer una sabrosa tortilla de patatas y escucho de fondo el ruido de la fritura, pues ya veis lo que inspira el hacer una tortilla de patatas, inspira filosofía de las más pura y crujiente o filosofía de la tortilla.

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JULIO CORTÁZAR