PARTE DEL MOBILIARIO

Hoy es día 22 de Noviembre y como pasa el tiempo, pues ya casi estamos en Navidades y con ellas vienen los regresos a casa y las fiestas familiares. Yo la verdad es que hubo un tiempo y fueron largos años, en que prefería tener que currar en las Navidades y porque en realidad me daban vértigo esas fiestas tan familiares. mejor dicho me daba vértigo todo lo que sonara a familia. Yo odiaba al concepto de familia y como siempre hice a lo largo de mi vida, doté de contenido a ese odio y busqué causas y motivos para cimentarlo.

Tampoco es tan difícil buscarle las cosquillas a la familia y en mi caso aún menos. Porque mi familia ya nació desestructurada y mi madre era una madre atípica, pero lo era porque nunca supo ser madre. Y de ahí para abajo todos nos fuimos contagiando del mismo virus y por tanto, tampoco supimos ser hijos y menos supimos ser hermanos. Por tanto durante aquellos años mi única familia era mi madre y en navidades nos tocaba celebrarlas los dos solos.

Y no pasaría nada, pues yo tampoco necesito una manada o una tribu para celebrar algo, pero lo que pasaba era, que en el transcurso de la cena o comida y medida que iba subiendo el vino y el champán, mi madre entraba en trance y empezaba a dar el coñazo con mi hermano, que en realidad era su chichi y porque me hizo esto... y porque me hizo lo otro... y aquello se convertía en un monólogo lastimero. Pero creo que lo que más me dolía, es que yo estaba allí con ella cenando y escuchando y ni siquiera se enteraba de que yo estaba allí. Era la sensación de sentirse parte del mobiliario.

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JULIO CORTÁZAR