Después de éste paréntesis navideño, después de éste pequeño descanso, después de descansar y de coger un poco de aire, pues que os puedo decir o contar, que ya no sepáis. Porque todo es previsible y sino lo es, se hace del tal forma la cosa que por cojones tiene que cuadrar, en un mundo sin magia predomina la lógica y ya sabemos lo que es la lógica, la lógica son argumentos aplastantes, son evidencias científicas, son el demostrar físicamente que todo lo que es volátil se puede tocar o manosear o dicho en plan más basto, que se le pueda meter mano.
O sea un conjunto de deseos se tienen que plasmar en algo concreto y por tanto el que carece de lógica poco puede demostrar. Porque yo soy uno de ellos, un iluminado más que cree en el poder de las ideas y en conclusión, yo no pinto nada o casi nada en éste mundo, vamos, como que sobro o como que estoy de más. Y es que sino me muevo entre las telarañas de los sentimientos y los deseos, no me queda otra cosa que emigrar a otro mundo donde tenga cabida la afectividad.
Sí y me doy cuenta y soy plenamente consciente de que yo no sumo hechos y hechos a lo largo de éste año y no hago una larga lista de cosas positivas, porqué en realidad si la hiciera, tendría que narrar una cadena de malos acontecimientos o de hechos negativos, que por el razonamiento de la lógica humana, serían para tirarse del alto de un puente o para colgarse de la copa de un pino y en cambio, no es así . Y porque la lógica falla y falla más de que queremos pensar, porque todos esos hechos negativos que me bombardearon a lo largo del año sin ninguna compasión, pues surtieron el efecto contrario, me fortalecieron y me hicieron gigante y no un gigante con los pies de barro, un gigante echo a base de ideas claras, un gigante de crecerse ante las adversidades, un gigante en que su fortaleza se basa en tener de aliados a los sentimientos y pensamientos y a la realidad, como su enemigo habitual.
O sea un conjunto de deseos se tienen que plasmar en algo concreto y por tanto el que carece de lógica poco puede demostrar. Porque yo soy uno de ellos, un iluminado más que cree en el poder de las ideas y en conclusión, yo no pinto nada o casi nada en éste mundo, vamos, como que sobro o como que estoy de más. Y es que sino me muevo entre las telarañas de los sentimientos y los deseos, no me queda otra cosa que emigrar a otro mundo donde tenga cabida la afectividad.Sí y me doy cuenta y soy plenamente consciente de que yo no sumo hechos y hechos a lo largo de éste año y no hago una larga lista de cosas positivas, porqué en realidad si la hiciera, tendría que narrar una cadena de malos acontecimientos o de hechos negativos, que por el razonamiento de la lógica humana, serían para tirarse del alto de un puente o para colgarse de la copa de un pino y en cambio, no es así . Y porque la lógica falla y falla más de que queremos pensar, porque todos esos hechos negativos que me bombardearon a lo largo del año sin ninguna compasión, pues surtieron el efecto contrario, me fortalecieron y me hicieron gigante y no un gigante con los pies de barro, un gigante echo a base de ideas claras, un gigante de crecerse ante las adversidades, un gigante en que su fortaleza se basa en tener de aliados a los sentimientos y pensamientos y a la realidad, como su enemigo habitual.
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