Después de tu sombraestá la mía,
mi pequeña sombra,
mi entrañable sombra,
mi cara, mis labios,
mis atardeceres bajo tu bendita sombra,
y bajo el palio de tu espléndido cuerpo,
y justo donde empieza el alma y se acaba el cuerpo,
justo en esa costura descosida,
justo en esa cremallera siempre abierta,
justo en esa herida que nunca se cierra
y es que de aquellos atardeceres,
recuerdo todo,
recuerdo la sombra de tus ojos,
el vaivén de tus pestañas
y el lento caminar de las caricias,
recuerdo tu húmeda saliva,
tus lágrimas...
tus lágrimas de oro y plata,
tu pelo de seda, tus manos de purpurina,
tu piel de terciopelo...
y hasta recuerdo el eco de tus últimas palabras...
Te Quiero...y te querré siempre.
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