Mi visión general muchas veces no coincide con la de los demás y si ya intentamos concretar un poco más, ya puede ser la ostia, pues nada tiene que ver mi opinión con la tuya o con la del otro. No sé, si es que final todo depende de las mareas y si la marea está alta, lo pasaremos muy bien y si está baja, lo pasaremos mejor y a todo trapo. Yo siempre me lo pasé mejor con la marea baja y porque se amplía la arena y como una fina alfombra de pequeñas flores y porque además está mojada y se pone como un amplio barrizal que no es barrizal, es un amplio arenal de arena mojada y eso lo agradecen los pies como si fuera un puto masaje tailandés.
Yo adoro esos momentos sobre la arena mojada y los adoro porque de pequeño y ya un poco crecidito y con pelos en los huevos y en en el mismo sobaco, lo pasé muy bien. Recuerdo esas tardes donde el sol no era sol, era una reliquia en extinción y entre olores de algas, de grandes algas, vamos como las que eran antes y su olor a iodo, pisábamos esa arena que parecía hierba recién cortada. Yo no sé como demostrar que tengo esa razón o ese sueño de Verano y que me quedó tan marcado como la luz de la Luna llena o sea, grabada a fuego lento y con alevosía. Mira que he visto atardeceres bonitos, mira que he visto arenales mojados, extensos como si el mundo no tuviera fin y bellos como corderitos a punto de ponerles fin, pero lo que no he visto nunca, son mis atardeceres en la playa de Samil y de telón de fondo, mis Islas Cíes.
Bueno, cada uno añora lo que ha vivido y como lo ha vivido y yo añoro mis tardes de Verano al suave Sol de mi Vigo natal. Y estoy seguro que hay sitios más maravillosos en el mundo, pero les falta mi bagaje, les falta mi infancia, les faltan mis recuerdos, les faltan mis ansias y resquemores y en fin, les falta mi propia historia y ya no entro en valoraciones, mi historia fue así y así, se queda y se va a quedar patra siempre. Cada uno tiene su propia historia y no voy yo a ser el juez de mis propias cosas, en tal caso, que el mundo se espabile y que me mande un Garzón de la vida y ya nos veremos en los Tribunales.
Yo adoro esos momentos sobre la arena mojada y los adoro porque de pequeño y ya un poco crecidito y con pelos en los huevos y en en el mismo sobaco, lo pasé muy bien. Recuerdo esas tardes donde el sol no era sol, era una reliquia en extinción y entre olores de algas, de grandes algas, vamos como las que eran antes y su olor a iodo, pisábamos esa arena que parecía hierba recién cortada. Yo no sé como demostrar que tengo esa razón o ese sueño de Verano y que me quedó tan marcado como la luz de la Luna llena o sea, grabada a fuego lento y con alevosía. Mira que he visto atardeceres bonitos, mira que he visto arenales mojados, extensos como si el mundo no tuviera fin y bellos como corderitos a punto de ponerles fin, pero lo que no he visto nunca, son mis atardeceres en la playa de Samil y de telón de fondo, mis Islas Cíes.
Bueno, cada uno añora lo que ha vivido y como lo ha vivido y yo añoro mis tardes de Verano al suave Sol de mi Vigo natal. Y estoy seguro que hay sitios más maravillosos en el mundo, pero les falta mi bagaje, les falta mi infancia, les faltan mis recuerdos, les faltan mis ansias y resquemores y en fin, les falta mi propia historia y ya no entro en valoraciones, mi historia fue así y así, se queda y se va a quedar patra siempre. Cada uno tiene su propia historia y no voy yo a ser el juez de mis propias cosas, en tal caso, que el mundo se espabile y que me mande un Garzón de la vida y ya nos veremos en los Tribunales.
Me encantan tus recuerdos. Ahí siguen esas islas como telón de fondo de nuestra Ría. Imposible dejar de mirarlas desde cualquier punto de nuestra costa, siempre sorprendiendo con las distintas perspectivas y con los distintos colores según va cambiando el día......
ResponderEliminar