Yo supongo, que como todo el mundo, no aprendí nada porque sí. O sea que todo lo aprendido tenía un sentido y un porqué y cuando de pequeño me metían una ostia era por hacerme un favor y que además, siempre agradeceré. Siempre agradeceré ese método de aprendizaje, ese intenso dolor de una buena ostia, esa preciosa marca en la cara, esas lágrimas derramadas y esa rabia contenida y por no llevarme la siguiente. Con éste método me ahorré muchas cosas: no necesité más consejos sobre el tema, me ahorré rollos y rollos patateros y buenas palabras que después no eran tan buenas y falsas caricias de consuelo y besos pegajosos y el consabido: no te pongas así, que no es para tanto.
Ahora está de moda la cosa didáctica y en ella, no entran las ostias y ese es su gran fallo, pues ya lo dice el refrán: una buena ostia, es una victoria y una ostia a tiempo, es de profesionales. Pero por desgracia no escuchan mis sabios consejos. ¡Joder! si yo a base de ostias, aprendí hasta el Latín y eso no es moco de pavo. La Historia y ésta es una verdad innegable se ha movido a base de ostias, de grandes ostias sociales y ese fue su motor. Claro que alguno pensará que estoy de coña, pero craxa equivocación, yo estoy en serio y no me tomo el tema de las ostias de coña.
Didáctico, es meter una buena bofetada a tiempo y si así no aprende, le metes otra y hasta que aprenda o lo mates a ostias. Tanta pamplina comprensiva, tanta psicología del comportamiento, tanto mimo, tanto indagar en la vida de un niño y ese proceso lleva años, en cambio el que yo propongo no lleva más de media hora. Y para muestra un botón, yo aprendí a base de ostias y no tengo ninguna tara evidente, claro que si me toca un psicologo de lo didáctico, seguro que me encuentran alguna y que además, ya le pondrán un nombre, un nombre o un sello o una casilla y por supuesto, la única solución posible, es que usted haga 200 sesiones conmigo y a cada sesión 50 euros. Lo dicho, donde no hay, pues resulta que hay y sino hay, pues se inventa.
Ahora está de moda la cosa didáctica y en ella, no entran las ostias y ese es su gran fallo, pues ya lo dice el refrán: una buena ostia, es una victoria y una ostia a tiempo, es de profesionales. Pero por desgracia no escuchan mis sabios consejos. ¡Joder! si yo a base de ostias, aprendí hasta el Latín y eso no es moco de pavo. La Historia y ésta es una verdad innegable se ha movido a base de ostias, de grandes ostias sociales y ese fue su motor. Claro que alguno pensará que estoy de coña, pero craxa equivocación, yo estoy en serio y no me tomo el tema de las ostias de coña.
Didáctico, es meter una buena bofetada a tiempo y si así no aprende, le metes otra y hasta que aprenda o lo mates a ostias. Tanta pamplina comprensiva, tanta psicología del comportamiento, tanto mimo, tanto indagar en la vida de un niño y ese proceso lleva años, en cambio el que yo propongo no lleva más de media hora. Y para muestra un botón, yo aprendí a base de ostias y no tengo ninguna tara evidente, claro que si me toca un psicologo de lo didáctico, seguro que me encuentran alguna y que además, ya le pondrán un nombre, un nombre o un sello o una casilla y por supuesto, la única solución posible, es que usted haga 200 sesiones conmigo y a cada sesión 50 euros. Lo dicho, donde no hay, pues resulta que hay y sino hay, pues se inventa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario