OTRO DÍA DE MENOS

Bueno, pues otro día tachado, otro día menos, por lo menos lo es para mí, pues yo ya estoy en tiempos de descuento. Es decir hasta los 40 o 50 años, el tiempo se va sumando y vas sumando y piensas que el mundo nunca se va acabar. Pues pasada esa edad, la cosa cambia y cada año demás o que se cumple, es una resta de lo que te queda de vida. Bueno, por lo menos yo voy restando porque hay algunos que pasan de los 50 años y siempre cumplen 50. Mi madre era una de esas personas, creo que tuvo 50 años durante 15 años y después pasó que..., que realmente se olvidó de los años que tenía. Claro que algún año lo tuvo que aceptar a regañadientes y porque a ese ritmo tan bestia, íbamos a acabar siendo hermanos.

Y hablando de hermanos, tengo a mi única hermana que creo que hereró algo de éste tema. Claro que a mí no me engaña, pues sé exactamente los años que me lleva, pero de alguna manera intenta ser más niña, por lo que supongo a sus amigos los tendrá bien engañaditos. Además hace una cosa que yo odio profundamente, que es que se opera de su careto y hace esos estiramientos de piel y de patas de gallo y lo argumenta como si médicamente hablando, esa operación fuera necesaria. O sea se inventa un motivo y a ese motivo lo disfraza de necesidad médica y en cambio de decir claramente: "me he operado porque me sale del chocho y olé por mis ovarios".

Bueno esto es muy típico de mi familia y el decir la verdad es la excepción de la regla. Mi relación familiar se basa en la mentira y en la mentira cochina y a veces pasaba que las mentiras eran tan grandes, que primero había que ponerse carioco a base de vino. Y entonces sí, entonces y así de colocaditos, contabas las mentiras que querías y como a todos ya les daba igual y ya se sabe lo que después pasa, que una vez cogida carrerilla, pues seguías mintiendo como un bellaco. Era la forma de superar las penas y la triste vida de cada uno, bueno ya me entendéis, era lo forma de no superar nada. Nunca entendí ésta historia, nunca entendí porqué se ponía el listón tan alto y claro, pasaba que para poder llegar a él tenías que ser un hacha y estar bien colocado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR