Sí, me declaro adicto a la vida. Reclamo un chute de vida y en éste aspecto soy drogodependiente, adicto y vicioso. Mientras por mis venas circule la vida, yo reclamaré que mis fibras y órganos vitales se llenen de vida. Y no es tanto pedir, al fin y al cabo, vivimos gracias a la vida y el pedirle un poco más, no es pasarse, es sólo pedir lo que te mereces y por lo que tanto has luchado. Al principio nos dieron un soplo de vida, pero ese soplo se va agotando poquito a poco y llega un momento en donde necesitamos otro y otro y más y por favor, dáme más.
La vida tiene sus descansos o sea vas para arriba, pero después bajas y llega un momento en donde te quedas flotando en la línea de nadie y esos son los descansos que se toma la vida. Son cortos pero son profundos, son cortos si tu quieres que sean cortos y si te dejas llevar por la corriente poco a poco te vas anulando como persona. Es como las autopistas que tiene su área de descanso, pero son de descanso y no de dormirte en los laureles. Hay un pequeño crak por dentro, hay una rotura de fibras y hay un movimiento por dentro y ahí sí que no se puede intervenir, pues la vida necesita ese descanso como el agua de mayo.
Y me reafirmo, soy adicto a la vida y el día en que me muera espero que alguien se acuerde de mi existencia y no porque me llore, sino para que vea en retrospectiva a un luchador de la vida, a un guerrero y a un superman de la vida, para que vea a alguien que se dejó el pellejo. Yo no reclamo nada que no sea parte de mí y a éstas alturas de la vida, creo que tengo todo el derecho del mundo ha reclamar tener más vida dentro de mí. Digamos que me lo he ganado a pulso y con el sudor de mi frente.
La vida tiene sus descansos o sea vas para arriba, pero después bajas y llega un momento en donde te quedas flotando en la línea de nadie y esos son los descansos que se toma la vida. Son cortos pero son profundos, son cortos si tu quieres que sean cortos y si te dejas llevar por la corriente poco a poco te vas anulando como persona. Es como las autopistas que tiene su área de descanso, pero son de descanso y no de dormirte en los laureles. Hay un pequeño crak por dentro, hay una rotura de fibras y hay un movimiento por dentro y ahí sí que no se puede intervenir, pues la vida necesita ese descanso como el agua de mayo.
Y me reafirmo, soy adicto a la vida y el día en que me muera espero que alguien se acuerde de mi existencia y no porque me llore, sino para que vea en retrospectiva a un luchador de la vida, a un guerrero y a un superman de la vida, para que vea a alguien que se dejó el pellejo. Yo no reclamo nada que no sea parte de mí y a éstas alturas de la vida, creo que tengo todo el derecho del mundo ha reclamar tener más vida dentro de mí. Digamos que me lo he ganado a pulso y con el sudor de mi frente.
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