Con la vejez no hay nada que demostrar al mundo, pues lo hecho echo está y lo que queda por hacer va a tener más que ver, con un pacto con la SOLEDAD. Sí, hay que aprender a gestionar la SOLEDAD, la maldita y bendita Soledad. Bendita, pues con ella tendrás el mejor conocimiento de ti mismo y el que disfrutes o no, va a depender de los acuerdos que tengas con ella. Y puede ser maldita, maldita si te ha vencido la vida, si sólo deseas la muerte, si te inunda el miedo, sino te sientes bien y si la Soledad se ha convertido en una serpiente que enrosca, aprieta y ahoga. Hacer un pacto con la soledad, negociar las ventajas y desventajas, buscar los inconvenientes y gestionar las sentimientos y las incapacidades.
No es lo mismo negociar éste asunto cuando eras joven, que ahora y porque es evidente, que no tienes toda la vida por delante y por tanto, el margen se estrecha y la vida también. Y tienes que tener muy en cuenta esto, la estrechez del margen, porque pocas cosas puedes pedir, pero eso sí, las puedes pedir de forma que sean muy intensas. Yo creo que la equivocación a éstas edades de la vida consiste en querer huir de la Soledad, pues la Soledad va a ser nuestra principal aliada y de nosotros depende que la Soledad sea una alfombra o sea un martirio.
La Soledad debe ir de nuestra mano y para ello es muy adecuado, el aceptarla. La aceptación facilitará el camino y eso no quiere decir que no te salgas por la tangente de las cosas, podrás salir pero partiendo de que estás sólo y que para poder salir, tu principal arma va a ser la Imaginación. Y no debería ser así y porque sigues siendo persona, pero la puta realidad nos va marcando el camino y poquito a poco el camino se va convirtiendo en un estrecho sendero.
No es lo mismo negociar éste asunto cuando eras joven, que ahora y porque es evidente, que no tienes toda la vida por delante y por tanto, el margen se estrecha y la vida también. Y tienes que tener muy en cuenta esto, la estrechez del margen, porque pocas cosas puedes pedir, pero eso sí, las puedes pedir de forma que sean muy intensas. Yo creo que la equivocación a éstas edades de la vida consiste en querer huir de la Soledad, pues la Soledad va a ser nuestra principal aliada y de nosotros depende que la Soledad sea una alfombra o sea un martirio.
La Soledad debe ir de nuestra mano y para ello es muy adecuado, el aceptarla. La aceptación facilitará el camino y eso no quiere decir que no te salgas por la tangente de las cosas, podrás salir pero partiendo de que estás sólo y que para poder salir, tu principal arma va a ser la Imaginación. Y no debería ser así y porque sigues siendo persona, pero la puta realidad nos va marcando el camino y poquito a poco el camino se va convirtiendo en un estrecho sendero.
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