Al final y mira por donde, un día bueno y ha sido bueno en casi todo, se convierte en un día raro y extraño y no lo digo por los demás que pululan a mi alrededor, sino porque la rareza flota en el medio ambiente. Y que nadie me interprete mal y que yo esté diciendo que raro es igual que malo, porque una persona puede ser rara y ser extraordinaria y además, puede haber mucha belleza en la rareza y por ahí, van mis tiros. Y es que estoy pasando un momento tan bello, que me siento raro y por ser diferente a muchas personas, que no a todas y porque por ahí, hay suelta mucha gente muy rara, pero que se camuflan de gente normal o normalizada.
Y es que ser una raro no es ninguna virtud social y porque la palabra raro conlleva unas buenas dosis de desprecio y ese tío es muy raro y por eso lo dejamos de lado. Que en mi caso, no me importa y porque en mi caso el que me dejen solo y apartado de la sociedad, me produce un gusto y un placer insondable y ese placer es muy difícil de describir y es como una corriente eléctrica que recorre tu cuerpo y que dispara tus neuronas en plan metralleta.
Sí, en el fondo me gusta coquetear con la locura y por jugar tanto con ella, me pusieron varias veces a tratamiento psiquiátrico y porque a veces y sin darme cuenta traspaso la frontera del otro lado, de ese que llaman lado oscuro y porque la locura es sobre todo, oscuridad. Bueno, yo lo veo así y porque dada la claridad que tengo ahora, los estados de ánimo desestructurados, me huelen a humedad con oscuridad. Pero a mi nadie me enseño a no correr riesgos y por eso, vivo y trabajo rodeado de riesgos y ya sean riesgos físicos como mentales. Yo siempre lo dije, lo mío es andar en la cuerda floja y siempre más floja hacia el lado más loco.
Y es que ser una raro no es ninguna virtud social y porque la palabra raro conlleva unas buenas dosis de desprecio y ese tío es muy raro y por eso lo dejamos de lado. Que en mi caso, no me importa y porque en mi caso el que me dejen solo y apartado de la sociedad, me produce un gusto y un placer insondable y ese placer es muy difícil de describir y es como una corriente eléctrica que recorre tu cuerpo y que dispara tus neuronas en plan metralleta.
Sí, en el fondo me gusta coquetear con la locura y por jugar tanto con ella, me pusieron varias veces a tratamiento psiquiátrico y porque a veces y sin darme cuenta traspaso la frontera del otro lado, de ese que llaman lado oscuro y porque la locura es sobre todo, oscuridad. Bueno, yo lo veo así y porque dada la claridad que tengo ahora, los estados de ánimo desestructurados, me huelen a humedad con oscuridad. Pero a mi nadie me enseño a no correr riesgos y por eso, vivo y trabajo rodeado de riesgos y ya sean riesgos físicos como mentales. Yo siempre lo dije, lo mío es andar en la cuerda floja y siempre más floja hacia el lado más loco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario