CELOS

A veces el alma puede más que el cuerpo, bueno, en mi caso eso pasa muchas veces, porque yo cultivo más mi alma que mi cuerpo, me gusta abonarla, me gusta regarla, me gusta darle motivos para estimularla y me preocupo de ello, me preocupe todos los días y a todas horas, porque de alguna manera me siento con la obligación de compensarla, durante algunos años le regalé demasiado maltrato y ahora, siento que tengo que darle cariño y besos. Compensarse, nos pasamos la vida compensándonos y tengo que hacer esto, porque le he dedicado demasiado tiempo a lo otro y como si las cosas tuvieran celos y no son las cosas, somos nosotros los que somos celosos, porque queremos el todo y al mismo tiempo, queremos la nada.

Celos, malditos celos, aunque yo tengo que reconocer que pocas veces tuve celos, pero cuando los tuve era un hervidero de malas intenciones, porque todo se retuerce con los celos, lo más estúpido se convierte en una gran afrenta y deformas las actitudes y malinterpretas la más sencilla de las palabras. Menos mal, que yo me he librado mucho de ese tumor en la cabeza y que cuando sentía que crecía, yo me retiraba a mis aposentos y para joderme in vivo y en calentito, no soportaba ese dolor tan inhumano, no soportaba esos pensamientos tan miserables, ni entendía de donde venían y que monstruo los había hecho.

Hay cosas que no, hay cosas por las que yo no paso y los celos debían estar aniquilados. No hay cosa más rastrera, que tener celos, porque indican que tú te sientes propietario de la otra persona y no sólo eso, te sientes su amo. Yo siempre apliqué el mismo cuento con los celos: "con los celos tolerancia cero" y mira por donde, al final me fue bien. Digamos que ahora los celos ni ocupan el 1% de mis pensamientos y por una sencilla razón: yo no soy dueño y propietario de nadie, yo soy persona y lo otra persona, también lo es y además, ahora pienso que si alguien me quiere es porque quiere quererme y no joderme y sino fuera así...siempre está la puerta abierta y a otra cosa mariposa...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR