Hoy por fin y de una puta vez he limpiado mi correo electrónico e hice una limpieza exhaustiva y hasta el fondo y hasta la médula. Me quedé con lo importante, con esos papeles que siempre guardas y que después, no ves, con esos correos entrañables que te dicen muchas cosas y sobre todo, cosas cariñosas y que te llenan el ego y que al final, te acaba saliendo por la boca o por los ojos. Pero que de vez en cuando, es muy buena y saludable su lectura y para recordar que fuiste querido, amado y venerado y que sobre todo, que hubo tiempos en que viviste colgado de un globo o de una puta nube que no era borrascosa y que era maravillosa y entrañable.Es cuando de repente emites un suspiro acompañado de una pequeña frase: ¡qué tiempos aquellos!.
Sí, ¡que tiempos aquellos! y mi última historia al respecto, no fue hace tanto...que pueden ser 2 meses, pero no más. Pues parece que han pasado dos lustros y hasta a veces pienso en que sino fueron unas historias inventadas o soñadas...porque dado mi poder de imaginación, tampoco sería tan raro. No, pero tengo correos, tengo mensajes, tengo fotos de aquellos tiempos, tengo regalos y tengo cicatrices dentro de mi alma, tengo insomnios, tengo el tacto y el olor de su cuerpo, tengo mañanas de despertarme a su lado y eso sí que es imaginación, pues en esa última relación lo que no hubo, fueron noches de caricias y sudores, hubo momentos cortos pero siempre a la luz del día, que siempre fueron cubiertos con el algo es algo.
Fueron destellos de amor intenso, luces de faros en pleno día, barcos sin puerto...yo que sé, fueron fogonazos de amor...y ahora ¿qué queda?, pues queda el recuerdo, quedan los correos y mensajes, queda el vacío del aire y quedan las marcas de aquellas caricias inciertas, por lo menos quedan en el alma, porque en el cuerpo ya se han borrado. Pero también guardo y como si fuera un tesoro, los correos de mi primera relación de estos 4 años...porque quiero guardar todo lo que me han querido y por supuesto, todo lo que yo he querido. En fin, hoy en día y a mis 60 años, tengo que decir que en estos 4 últimos años he disfrutado lo mismo o más, que muchos años anteriores, que no todos, porque antes, también hubo años de muy buena cosecha y muy ricos de sentimientos.
Sí, ¡que tiempos aquellos! y mi última historia al respecto, no fue hace tanto...que pueden ser 2 meses, pero no más. Pues parece que han pasado dos lustros y hasta a veces pienso en que sino fueron unas historias inventadas o soñadas...porque dado mi poder de imaginación, tampoco sería tan raro. No, pero tengo correos, tengo mensajes, tengo fotos de aquellos tiempos, tengo regalos y tengo cicatrices dentro de mi alma, tengo insomnios, tengo el tacto y el olor de su cuerpo, tengo mañanas de despertarme a su lado y eso sí que es imaginación, pues en esa última relación lo que no hubo, fueron noches de caricias y sudores, hubo momentos cortos pero siempre a la luz del día, que siempre fueron cubiertos con el algo es algo.
Fueron destellos de amor intenso, luces de faros en pleno día, barcos sin puerto...yo que sé, fueron fogonazos de amor...y ahora ¿qué queda?, pues queda el recuerdo, quedan los correos y mensajes, queda el vacío del aire y quedan las marcas de aquellas caricias inciertas, por lo menos quedan en el alma, porque en el cuerpo ya se han borrado. Pero también guardo y como si fuera un tesoro, los correos de mi primera relación de estos 4 años...porque quiero guardar todo lo que me han querido y por supuesto, todo lo que yo he querido. En fin, hoy en día y a mis 60 años, tengo que decir que en estos 4 últimos años he disfrutado lo mismo o más, que muchos años anteriores, que no todos, porque antes, también hubo años de muy buena cosecha y muy ricos de sentimientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario