Hay que ser muy fuerte y muy tenaz para que después de más de 40 años fumando, de repente te digas: lo voy a dejar. Hasta yo, que me considero bastante fuerte y cabezota lo encuentro demasiado difícil, pero difícil no es imposible. Y por eso escribo éstas palabras, para reafirmarme en mis deseos anti tabaco. ¡Joder! estoy solo en ésta lucha, bueno, estoy solo en todo, cosa que tampoco me importa demasiado, pero en éste caso lo estoy empezando a dudar. Es curioso todo esto, porque sabes que algo te está matando y que lo tienes que dejar, pero tu cuerpo te pide lo contrario, te pide ese humo asqueroso del tabaco. No, si al final acabaré escribiendo un puto libro de como dejar de fumar, claro eso lo haré si primero consigo dejar de fumar. He bajado un huevo, digamos que fumo un 25% de lo que fumaba antes (antes, era hace una semana).
Por tanto estoy en los inicios de mi guerra particular, pero sigo firme en mi lucha...y eso es lo que importa. Es la primera vez en mi vida en que me lo planteo de verdad, antes hubo algún amago y mucho palabrerío y además creo, que todas esas veces en que decía que iba a dejar de fumar, al mismo tiempo estaba fumando un cigarrillo tal y como como decían los yonquis cuando se inyectaban la droga...decían que mañana lo voy a dejar.... Son putos faroles, son putas mentiras o son falsas verdades, pero que se necesitaban decir para seguir tirando.
¡Joder! con lo fácil que sería montar una comuna para dejar de fumar y mucho folleteo y mucha rica fruta y muchas camas redondas, que no mesas redondas. Pero en éstos tiempos ya no se dan planteamientos radicales y transgresores, ahora todo se da en los Centros de Salud y en escrupulosa fila india. No sé, a veces tengo la sensación de que hemos vivido mucho más avanzados que ahora, que hubo épocas verdaderamente rompedoras y que en cambio ahora, vivimos dentro de la suavidad normalizada.
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