TAMBORES LEJANOS

Hay sensaciones que te abandonan igual que el desodorante, las sientes y crees que las tienes retenidas y a la hora de describirlas se escurren como anguilas que se escapan. Y ¡qué pena!, porque las mejores sensaciones que tienes son las que más se olvidan...Pero bueno, al nacer aceptamos lo que había, algunos para seguir dejando todo en su puto sitio y otros en cambio, aceptábamos lo que había pero para transformarlo. Y ahora la pregunta que viene o que debía de venir es: ¿lo he conseguido? o ¿lo hemos conseguido?. Yo respondo por mi, pues para eso somos seres responsables y maduros. Pues la respuesta es, sí y no. Sí he conseguido muchas cosas y sobre todo las he conseguido en dos tramos de mi vida. Una fue en mi juventud rebelde y la otra fue desde hace 20 años hasta ahora, vamos que sitúo ésta última desde que nació el primero de mis hijos.

Son dos épocas que no tienen nada que ver la una con la otra, pero sí que tienen un hilo invisible que las une: la rebeldía y los océanos de sentimientos. Fueron dos etapas muy productivas en el tema de los pensamientos y sentimientos. Y es que por ejemplo yo nunca pensé realmente en ser padre hasta que lo fui y fue una muy grata sorpresa, fue algo maravilloso, fue todo un descubrimiento....que por muy poco, me lo pierdo...porque yo me casé madurito, tenía 39 años del ala y por eso ahora, soy un Padre viejo y es que por edad podía ser el abuelo de mis hijos, que no de mentalidad en el sentido más estricto del término.

Y ¿qué contaros de estos 5 últimos años?...pues que por dentro de mi ocurrió una revolución de las auténticas, pues me transformé en que idealmente siempre quise ser o sea, quería ser libre, no dependiente, humano, entrañable, sentimental sin sentimentalismos, fuerte, valiente, lanzado, eficaz, claro y desafiante...siempre quise ser desafiante...y porque me entusiasman los desafíos. Y entonces el no lo he conseguido, lo tendría que responder hace 5 años, porque ahora me puede el sí. Como decirlo, me siento muy satisfecho conmigo mismo y claro que no he conseguido cosas, pero ahora me puede más la teoría del vaso medio lleno que la del vaso medio vacío. Ahora puedo ver mi vida desde una puta cima y sé que existen las cloacas de la vida, porque allí he vivido largos años...pero no sé, hoy me suenan a tambores lejanos.

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JULIO CORTÁZAR