MI HIJO PEQUEÑO

No puedo...se me cae la baba, es que no puedo con mi hijo pequeño. Viene a mi casa (vive en casa de la madre, pero viene todos los días por aquí, aparte de los fines de semana que me toca con él) y os juro que todo se vuelve alegre y porqué él es una alegría desbordante y yo sólo me dejo contagiar por él. Bueno, yo también soy alegre, de base soy alegre y para eso dios me puso ésta sonrisa en los labios, para reírme mejor y para dar unos besos del carajo. Aclaremos el tema algo mejor, soy alegre y lo soy hasta que viene alguien a joderme el día..., claro que si después aparece mi hijo pequeño vuelve la alegría a mi cuerpo, Macareno...De hecho cuando salí al mundo lo hice con una sonrisa en mi boca y porque esperaba que la vida fuera una sonrisa, una suave, preciosa y maravillosa sonrisa y no lo que es (que es una mierda), pero que aún así y todo, hay que disfrutar.

Pues eso es lo que yo quiero decir, que por muy cabreado y jodido que esté, si en ese momento delante de mis ojos verdes aparece mi hijo Miguel, mi rictus de cabreo pasa a ser una sonrisa bobalicona y santurrona y como si fuera un devoto de su inmenso poder. De todas formas mi tendencia general es volver a mi estado más natural, que es el de la sonrisa Profidén, pero ¿me entendéis?, mi hijo Miguel es como un puto acelerante para llegar a ese estado. Y es que nunca deja de sorprenderme, me vacila por todos lados, me machaca con bromas alucinantes y siempre consigue mis mejores sonrisas.

Ahora está en el baño y dándose y nunca mejor dicho, un gran baño y lo oigo cantar y vuelvo a sonreír... y cuando acabe su baño, vendrá a contarme sus cosas y sé, que volveré a sonreír y cuando se vaya, también sé que me quedaré con esa sonrisa en la boca...Por dios, que nunca cambie en esto, que pase lo que pase que siga gastando bromas, que continúe dando esos saltos de alegría, que siga cantando en la ducha, que me siga queriendo tanto y yo a él (por supuesto). Mirar, es Síndrome de Down y es lo mejor que he tenido en la vida. Y creo no hace falta decir que éste escrito está dedicado a él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR