Era de oro,
era de plata,
era de oro y plata,
era brillante, era lúcida...era atrevida...
era como un ruiseñor sin voz
y como una mariposa de inmensas alas celestes,
y así eras tú dentro del cristal mi espejo
y en cambio yo...
yo era el señor oscuro
y lucía una larga toga asimétrica,
como roída por las apariencias,
como destruida parcialmente por tanto desamor,
como si fuera la capa de otro,
como si fuera prestada, alquilada y maltratada por la vida,
y es que era tal cual me sentí aquél día...
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