yo sigo aquí,
sigo aquí sentado, sigo aquí
escribiendo,
sigo aquí pensando, meditando,
soñando,
sigo aquí escuchando mi música,
mi querida y entrañable música...
yo queriendo ser un viejo vaquero con caballo y pistola,
o un tío divino y porque todo lo hago mejor que bien,
y es que gusta la dislexia de los pensamientos,
y sentirme vaquero al mismo tiempo que monje en un monte perdido,
y en un país totalmente desconocido,
mejor dicho, hablemos de mundos y no de países,
hablemos de hombres y mujeres sin distinción de clases,
hablemos de razas sin razas,
hablemos de mundos y de otros mundos,
hablemos de como se rompen fronteras y no de como se ponen,
hablemos de sueños y de sueños paralelos,
y ayer tuve un sueño, un bonito sueño...
y soñé que me habían lanzado al espacio
y desde allí arriba y desde el mismo borde de un agujero negro,
vi lo pequeños que somos,
vi que juntos podemos ser algo,
ví que mientras a nosotros nos da el Sol de cara,
en el otro lado del mundo,
la noche se hace reina de nuestro enjambre,
y de inmediato entendí,
que somos lo que no somos,
que somos tanto materia como antimateria,
que un día somos la cara oculta de la vida
y que otro día, somos vida en estado puro.
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