Mis penas no son de otros,
mis penas son solo mías,
no las comparto,
como tampoco comparto mis alegrías,
son mías y de nadie más que mías
y el que no lo entienda...¡ya sabe!...
tendrá que salir por donde ha entrado
y sin dilaciones y falsos aspavientos
y tú, a tus penas
y yo, a las mías
y que cada uno, busque en su vida
el porqué de sus acontecimientos
y ¿te acuerdas vida?...
¿ y te acuerdas?
te acuerdas de los atardeceres en la playa
y bajo la sombra de aquellos altos y enormes Pinos...
¿y te acuerdas?
te acuerdas de aquellos besos tímidos y furtivos
y como si fueran estrellas fugaces
bailando un vals a la luz de la Luna
¿y te acuerdas?
te acuerdas de aquellas largas noches de Verano
apoyados en el quicio de la ventana,
bueno, tú ibas vestida de ausente,
y yo estaba de cuerpo presente,
pero yo hablaba contigo,
te saludaba, besaba y cogía tu Mano,
y después, yo te contaba y tu me contabas,
y juntos íbamos a recorrer el mundo,
¿y te acuerdas?,
te acuerdas de que tú me decías
te querré para siempre
y que yo te decía
nunca quise tanto como ahora...
y eran bellos y tiernos tiempos,
la vida estaba llena de nuevos sabores:
sabor a saliva mojada,
sabor a deliciosa Piel anaranjada,
sabor a hormona recién horneada,
sabor a excitación dolorosa,
sabor a ocultos y temerosos miedos,
sabor a risas y a carcajadas desatadas
y mientras...y mientras
contemplábamos la belleza de cada momento,
la tocábamos y hasta romper los sentidos...
los sentidos del tacto, del olfato,
del gusto, del amor y del aprecio
y éramos camaradas de cama
y éramos compañeros de lucha
y éramos dos seres que se amaban.
mis penas son solo mías,
no las comparto,
como tampoco comparto mis alegrías,
son mías y de nadie más que mías
y el que no lo entienda...¡ya sabe!...
tendrá que salir por donde ha entrado
y sin dilaciones y falsos aspavientos
y tú, a tus penas
y yo, a las mías
y que cada uno, busque en su vida
el porqué de sus acontecimientos
y ¿te acuerdas vida?...
¿ y te acuerdas?
te acuerdas de los atardeceres en la playa
y bajo la sombra de aquellos altos y enormes Pinos...
¿y te acuerdas?
te acuerdas de aquellos besos tímidos y furtivos
y como si fueran estrellas fugaces
bailando un vals a la luz de la Luna
¿y te acuerdas?
te acuerdas de aquellas largas noches de Verano
apoyados en el quicio de la ventana,
bueno, tú ibas vestida de ausente,
y yo estaba de cuerpo presente,
pero yo hablaba contigo,
te saludaba, besaba y cogía tu Mano,
y después, yo te contaba y tu me contabas,
y juntos íbamos a recorrer el mundo,
¿y te acuerdas?,
te acuerdas de que tú me decías
te querré para siempre
y que yo te decía
nunca quise tanto como ahora...
y eran bellos y tiernos tiempos,
la vida estaba llena de nuevos sabores:
sabor a saliva mojada,
sabor a deliciosa Piel anaranjada,
sabor a hormona recién horneada,
sabor a excitación dolorosa,
sabor a ocultos y temerosos miedos,
sabor a risas y a carcajadas desatadas
y mientras...y mientras
contemplábamos la belleza de cada momento,
la tocábamos y hasta romper los sentidos...
los sentidos del tacto, del olfato,
del gusto, del amor y del aprecio
y éramos camaradas de cama
y éramos compañeros de lucha
y éramos dos seres que se amaban.
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