Imaginate tú y yo en aquella hora,
a aquella hora cuando la tarde pierde su entusiasmo
y se aproxima la reina noche con todos sus encantos,
y yo mirando lo nuestro
y tú riéndote con estruendo,
como una vieja loca sin serlo o sin estarlo,
como si con tu instinto obsesivo le dieras vueltas al mismo pensamiento
y yo mientras, seguía ensimismado en lo más abstracto
y porque a veces prefiero no ver lo que tengo delante,
pero no porque no tuviera belleza,
al revés, su belleza era inmensa,
además, tanta belleza altera el estado de mis nervios,
y porque todo eran hermosas formas con amables curvas,
y porque todo se convertía en besos y paseos triunfales
y porque todas eran alfombras florales con pétalos de suaves palabras,
y versos que eran aromas sutiles de mil esencias de Azahar,
y de repente, se caía el telón del momento,
y el The End aparecía bordado al silencio
y después del The End... apareció el Silencio.
a aquella hora cuando la tarde pierde su entusiasmo
y se aproxima la reina noche con todos sus encantos,
y yo mirando lo nuestro
y tú riéndote con estruendo,
como una vieja loca sin serlo o sin estarlo,
como si con tu instinto obsesivo le dieras vueltas al mismo pensamiento
y yo mientras, seguía ensimismado en lo más abstracto
y porque a veces prefiero no ver lo que tengo delante,
pero no porque no tuviera belleza,
al revés, su belleza era inmensa,
además, tanta belleza altera el estado de mis nervios,
y porque todo eran hermosas formas con amables curvas,
y porque todo se convertía en besos y paseos triunfales
y porque todas eran alfombras florales con pétalos de suaves palabras,
y versos que eran aromas sutiles de mil esencias de Azahar,
y de repente, se caía el telón del momento,
y el The End aparecía bordado al silencio
y después del The End... apareció el Silencio.
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