Y AMÉN...

                                    De nuevo un Sábado cabalgando por las estepas solitarias de la vida y digo estepas porque hay hace clima de estepa de auténtica estepa siberiana y hace un frío de cojones y además, llueve y no para. Vamos, día de estar y de quedarse en casa y como yo en éste aspecto soy muy aplicado, yo soy el primero en apuntarme al tema de quedarse en casa. Y es más y para celebrarlo he encendido mi preciosa estafa de leña a primera hora de la mañana y por tanto un día de tiempo que muchos consideran desagradable (yo no) yo lo pongo patas arriba y ¡¡oh!! milagro y sale un día espléndido y yo y mis circunstancias nos encargaremos de que sea un día extraordinariamente largo. Por lo de pronto, la estufa de leña va muy encaminada y manda unas más que agradables caricias de calor. Algunos pensarían y hasta habría algunos que lo dirían: "pero tío, a ti falta calor humano y una buena compañía a tu lado sería la bomba".

                                    Y yo no digo que no, pero tampoco digo que sí y porque todo depende de que en que momento te encuentres y hay días en que añoro el factor humano y todos sus consabidos buenos rollos y hay otros días que me envuelvo en mi mismo y bajo varias capas de cemento y porque paso del rollo del factor humano y sólo quiero dedicarme a mis labores personales y filosóficas y punto y pelota. Claro que el manual de buenas costumbres nos habla de la necesidad que tenemos de relacionarnos entre nosotros y que es muy conveniente y que es muy saludable...pero yo a éstas alturas de la vida paso de los manuales de las buenas costumbres y me dedico solamente a vivir al día, al momento y con vistas a un futuro que no ve más allá de un mes o de los dos meses y porque quizá al tercer mes ya no esté aquí o que si esté, pero que no me apetece pensar en lo que voy hacer el tercer mes. Mis proyectos de futuro llegan hasta los dos meses y a partir de ahí es hablar por hablar.

                                   Antes no, antes hablaba en modo años, en años a...pero pasa que a medida que crecemos se nos va encogiendo la medida del espacio tiempo y ahora, hablo de meses y más adelante quizá hable de días o no hable de nada y porque por encima de mi cuerpo puedo tener 5 metros de tierra y una lápida de mármol blanco e inmaculado que ponga: Aquí yace una persona, que para algunos fue grande y que para otros fue insignificante y hasta cuando morimos somos objetos de polémica. Y amén...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR