SOY COMO EL AVE FÉNIX

Ahora me encanta observar como al final te venció el silencio

un silencio tan demandado por mi parte

y no tan comprendido, por la tuya,

pero al final, ha sido impuesto y por decreto ley

 porque si una de las partes aboga por el silencio,

tarde o temprano, se cumplirá la profecía

y además, moriremos en silencio

(o eso me gustaría a mi)

y yo vuelvo a insistir en lo que dije mil veces,

yo adoro el silencio

y además, para repetir y repetir siempre la misma letanía

y declamando las mismas penas,

me reafirmo en lo de 

¡Viva el silencio!

y es que odio los pensamientos envolventes y repetitivos,

y más si hablamos de sentimientos,

y yo te quiero y tú me quieres

pero no podemos, ni debemos estar juntos,

pero poder si podemos (o mejor dicho, podíamos)

y lo de debemos o no debemos ya depender de ti y de mi,

claro que el miedo te diseccionó en dos partes,

pero a la hora de la verdad,

mi parte se diluyó en efluvios vaporosos,

que me hicieron pensar más en que tenía razón,

de hecho os quedasteis tres:

tu pareja de siempre,

tu cuerpo maltrecho pero siempre gustoso

y tu cobardía

y comprender esto en el silencio más absoluto,

no es tarea fácil,

pero como ves y puedes comprobar,

yo soy como el Ave Fénix

y resurjo de mis propias cenizas.

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JULIO CORTÁZAR